ECONOMIA

Una mirada optimista en tiempo de crísis

El coronavirus nos cambió las reglas de juego. Debemos preparar la salida, necesitamos la energía de una mirada positiva ante tanta adversidad.    

La apertura de mercados para la carne vacuna argentina y las vinculaciones con los principales países del mundo, generó expectativas al sector y se  expresó en un aumento exponencial en las exportaciones en los últimos cuatro años, pasando de 200.000 a 800.000 Toneladas. Si bien las expectativas no fueron truncadas por el cambio de gobierno, los primeros impactos del Covid-19, están preocupando seriamente a la salud y la economía mundial.

Estamos ante un acontecimiento inédito, de consecuencias sanitarias, sociales y económicas difíciles de predecir. A finales del 2020, el planeta habrá vivido una experiencia inédita que cambiará la vida de muchas personas. Nada será igual después de la pandemia.

El coronavirus, dejara distintas secuelas en los países, las empresas y las personas. Asimismo, cada actividad tendrá impactos diferentes. La salud y la economía dominaran la escena, sin embargo, es la producción y distribución de alimentos el gran desafío de la humanidad ante el imparable crecimiento demográfico que previene una cifra que ronda los 9000 millones de habitantes en 2050.

La producción sustentable de alimentos, de proteínas vegetal y animal, tiene la mira en pocas regiones del planeta. América del sur es una de ellas. Con Brasil como cabeza de serie y Argentina con todo su potencial agropecuario industrial. Es ahí donde se fundamenta en parte, la mirada optimista a la salida, post pandemia.

“A finales del 2020, el planeta habrá vivido una experiencia inédita que cambiará la vida de muchas personas. Nada será igual después de la pandemia”

China, emerge nuevamente al mercado de los alimentos, con más de 1400 millones de habitantes, de los cuales 400 millones están cambiando de rango social económico, quintuplicando sus ingresos. La necesidad de alimentos, proteínas y carnes del gigante asiático será exponencial ya que la película de debe verse desde el principio, antes de Covid-19 hubo otro evento de magnitud mundial, la fiebre porcina africana, que destrozó la actividad porcina, provocando una perdida de 16 millones de Toneladas de carne de cerdo. Situación que genera una oportunidad posible y realizable para los países productores de alimentos.

“La producción sustentable de alimentos, de proteínas vegetal y animal, tiene la mira en pocas regiones del planeta. América del sur es una de ellas”

En la período de cambiemos 2015-2019, se generó una gran motivación en el sector lo que trajo inversiones, nuevos recursos, más trabajo y una visión positiva al posicionamiento de Argentina en los mercados del mundo. Hasta ahora, la nueva administración no ha modificado ese escenario.

Y aunque la pandemia es el eje de todo y la prioridad es cuidar la salud, aislarse, frenar la economía y demás, en algún momento la rueda debe comenzar a girar nuevamente a ritmo normal y es el sector de los alimentos el que nunca se detuvo, el que tiene una ventaja inicial.

Contamos con los recursos,  agro, agua, industria, genética, ciencia  y  podemos hacerlo. Es imprescindible hacerlo. Debemos prepararnos con cimientos firmes, poner la luz alta, es tiempo de pensar alternativas, de reflexión, de investigación y conocimiento. Tenemos un mercado interno que consume el 80% de la faena, solo exportamos el 20% de un producto premium apreciado en el mundo, es necesario corregir la ecuación, cambiar la matriz nutricional del consumidor argentino, 40 kg por habitante de carne vacuna sería razonable y saludable. La salida es el agregado de valor y la exportación.

Debemos prepararnos con cimientos firmes, poner la luz alta, es tiempo de pensar alternativas, de reflexión, de investigación y conocimiento”

Tenemos la mejor carne del mundo, es cierto, pero hay que demostrarlo, con certificaciones, cumpliendo con las más altas exigencias en sanidad y medio ambiente, aplicando las mejores tecnologías y procesos.

Improvisar ya no es una alternativa.  La ganadería debe ser el motor de la economía en una Argentina estable y consolidada que tiene la responsabilidad de ser parte de la solución agroalimentaria que el mundo necesita.

El escenario que hoy estamos viviendo no va durar para siempre, tiene fecha de vencimiento por naturaleza, por acción del hombre y de la ciencia, gradualmente la economía se normalizará, y aunque el mundo ya no será igual, la sociedad del consumo desplegará nuevamente sus alas.  Los alimentos son imprescindibles, tanto como el agua y el oxígeno y el tren de las oportunidades pasará nuevamente por América. El escenario ideal es la transformación de los granos, la generación de valor, las carnes, la producción de proteínas animal, vacas, cerdos, pollos, leche, nada menos y nada más. Alimentos. No es demanda, es necesidad. Es oportunidad, y a la vez responsabilidad moral ante la humanidad, somos capaces, podemos hacerlo. De nosotros depende.

Roberto Guercetti