Por Cristián Russo
A pesar de las recientes tormentas, las lluvias importantes no llegan y el cultivo atraviesa el período crítico perdiendo potencial de rinde. La 1ra estimación de trigo argentino es de 19,5 Mt, un millón menos de lo que se esperaba a la siembra.
Trigo: un escenario muy complejo y que aún puede empeorar
Salvo las lluvias de principios de mayo sobre el este de la región pampeana, la tormenta de Santa Rosa, y algunos milímetros que fue sumando el E bonaerense, la campaña triguera 2024/25 no recibió lluvias importantes en lo que va del ciclo. El mes de setiembre ha sido inclemente con la falta de agua, y con el comienzo de octubre, el escenario no cambio. Por eso es tan importante rescatar las recientes tormentas del 7 al 8 de octubre. La zona favorecida fue el centro norte de Córdoba y Santa Fe que recibieron entre 15 a 30 mm, incluso hubo algunos registros superiores, como en Bengolea, en el centro oeste cordobés, de 46mm. Pero como se observa en la imagen de reserva de humedad actualizada al 9/10, no hubo mejora y las áreas siguen en rojo: para tener condiciones óptimas se necesitan 120 a 180 mm. Sí se observa una mejora en la imagen de anomalía actualizada de las reservas sobre todo en las áreas con lluvias más marginales en parte del NOA y NEA pero por una cuestión estadística. Esas zonas recibieron en muy poco tiempo lluvias que no son habituales para esas áreas.
Las lluvias también alcanzaron a Entre Ríos y Corrientes con valores de 30 a 50 mm. Para el resto de la región pampeana, los registros fueron nulos o muy escasos. “Un sistema de baja presión en el Pacífico facilitó el ingreso de humedad. Pero el ingreso de humedad desde el NE no ha mejorado“, explica Elorriaga. Ahora se está pendiente de una nueva instabilidad entre el viernes 11 y el domingo 13. “Está habiendo una mayor dinámica en un ambiente de mucha volatilidad. Pero al menos empieza a notarse un ciclo más activo en el ingreso de humedad“, explica el consultor.
La siembra triguera 2024/25 empezó con condiciones de humedad buenas a muy buenas tras las importantes lluvias del otoño. El área triguera pasó de 5,5 a 6,7 M ha sembradas en el 2024, con un crecimiento interanual de un 22% por fuertes incentivos, como buenos precios internacionales, buenas reservas de agua en los suelos y el efecto chicharrita y su limitación en la siembra de los maíces tardíos en las zonas afectadas, para mantener gramíneas en las rotaciones. Pero desde mediados de mayo no hubo lluvias significativas para reponer la humedad perdida y las reservas de los suelos han pasado a la condición de sequía en Santa Fe, Córdoba, La Pampa, Santiago del Estero y Chaco, e incluso en parte del SO y NO bonaerense. Hasta el lunes 7 (antes de las lluvias mencionadas) se estaban teniendo en cuenta que el 40% del trigo argentino estaba en condiciones regulares a malas, o sea unas 2,7 M ha. Lamentablemente, el cultivo sigue deteriorándose mientras se van cumpliendo etapas claves de definición de rinde en Argentina. Es urgente la necesidad de lluvias importantes a gran escala para poder completar los granos y detener la caída que se viene corroborando semana a semana. De esta manera, hay una nueva baja de casi un 5% respecto de lo que se proyectaba un mes atrás (20,5 M de tn). La primera estimación nacional de trigo arroja un volumen de 19,5 Mt. El área que quedaría sin llegar a cosecha ya se estima en el orden de las 310.000 ha.
Con un área sembrada de 6,7 M de ha y esta estimación de 19,5 Mt, Argentina produciría lograría producir un 31 % más de trigo que lo que dejó la mala campaña pasada (14,5 Mt). El ciclo de trigo 2024/25 sigue posicionándose como la segunda producción más importante de las últimas 15 campañas, junto a la 2019/20, si se produce un cambio rotundo del clima en lo que resta de octubre y noviembre que sostenga estos valores de rindes estimados.
Buenos Aires está muy por delante del resto de las provincias en las expectativas de rindes trigueros
El clima ha privilegiado al este de la provincia de Buenos Aires; comenzó con excelentes condiciones y las lluvias mes a mes han afianzado un escenario de alta productividad sobre todo en zonas claves, como el SE bonaerense. El bastión triguero, si bien quedó fuera de las recientes tormentas, se estima que alcanzaría rindes de un altísimo potencial. La provincia se perfila para superar un rinde de 37 qq/ha. En Córdoba, el trigo pasa por un escenario muy complejo y con una necesidad urgente de seguir recibiendo agua. Se estima por ahora una media provincial de 27 qq/ha. El área santafesina también muestra una urgente necesidad de recibir agua en el corto plazo y se estima un rinde de 28,9 qq/ha. En estas dos provincias ya se está descontando área triguera por la falta de agua. En el norte del país, nuevamente la cosecha triguera será mala y no se descarta que termine tan mala como la del año pasado. Entre Santiago del Estero y Chaco se estima que se perderán 70.000 ha y rindes de 10 a 15 qq/ha. Lamentablemente, si no hay un rápido auxilio de las lluvias, este sería el tercer año consecutivo de desastre productivo para el trigo de ambas provincias.
El maíz 2024/25 sin cambios, pero solo por ahora
En uno de los años en que más imperiosa era la necesidad de sembrar temprano el maíz “por el efecto chicharrita”, un setiembre muy seco y un octubre que no mostró todavía lluvias significantes mantiene la siembra del maíz casi paralizada en el 10%. El avance de las labores de siembra no llega a cubrir un millón de ha maiceras: al momento hay sembradas 800.000 ha. Se trata de un 10% vs el 11% sembrado hace un año. Normalmente, para el 15 de octubre, solía estar sembrado el 30% del maíz, pero esto es algo que hace mucho tiempo que no sucede, por las primaveras secas que vienen sucediéndose desde el 2021. Desde entonces, el maíz tardío ha tenido un rol cada vez más importante, pero ante el reciente efecto de la chicharrita, este año hay una fuerte decisión del sector de evitar siembras tardías o muy tardías sobre todo en las áreas afectadas. Esto sumado a que hay un notable déficit de agua que lejos de resolverse en setiembre y octubre, se ha acrecentado y a que se espera el comienzo de una Niña en noviembre, podría provocar un nuevo ajuste negativo en la estimación de área maicera argentina. Al respecto de la Niña, Elorriaga explica que “si bien el impacto de La Niña será leve entre noviembre y diciembre, la falta de agua heredada hace que sea muy difícil pensar en una recuperación de los perfiles de los suelos en la región pampeana”.
La intención, por ahora, sigue manteniéndose en 8,0 M ha. Pero, ante la falta de agua y la imposibilidad de atrasar siembras en el centro y norte del país como se solía hacer antes de la expansión territorial de la chicharrita, podría haber un nuevo pase de hectáreas a soja. Para este nuevo ciclo se estima una intención de siembra de un 21,0% menos que en ciclo pasado. De esta manera se espera que se implantarían casi 8 M ha con maíz en 2024/25, lo que podría significar una producción de entre 51 y 52 Mt.
La soja se afirma en los 17,7 M ha
La soja podría seguir sumando hectáreas, pero no hay cambios en la estimación de octubre que consolida un escenario de siembra de 17,7 M ha. De esta manera, el aumento interanual sería de 1,3 M de hectáreas (un 7,5% más). De esta manera, se estaría ante una producción de aproximadamente 52 a 53 Mt.