Por MSc. Ignacio Vidaurreta, Consultor Técnico en Lechería de Provimi Cargill Argentina
Un nuevo aporte al productor ganadero de los profesionales técnicos de PROVIMI Cargill Argentina, esta vez, relacionado con la etapa de transición en las vacas lecheras. Un periodo que requiere un enfoque integral que abarque aspectos nutricionales, de manejo ambiental y del parto. Al priorizar el bienestar y la salud de las vacas durante este período crítico, los productores pueden maximizar la producción de leche y asegurar la sostenibilidad a largo plazo de sus operaciones ganaderas.
El período de transición en las vacas lecheras es crucial para su salud, producción y reproducción. Tradicionalmente definido como los 21 días previos y posteriores al parto, este período ha ganado una importancia creciente en la gestión del ganado lechero. Hoy en día, se reconoce que la transición es más que solo ese intervalo específico: comienza desde el secado y se extiende hasta el inicio del pico de producción de leche. ¿Cuál es la importancia de esta fase y cómo debería ser manejada para obtener resultados óptimos?
La transición es un momento de alto estrés metabólico y social para las vacas, lo que las hace susceptibles a problemas de salud que pueden afectar su producción y reproducción. Sin embargo, también marca el inicio de la lactancia, una etapa crítica que determina en gran medida la producción futura de leche. Por cada litro adicional de producción en el pico de lactancia, se pueden obtener entre 150 a 200 litros adicionales durante toda la lactancia. Por lo tanto, todo esfuerzo destinado a asegurar una transición sin problemas se traduce en mayores rendimientos a largo plazo.
Desde el punto de vista nutricional, es crucial mantener un equilibrio en la dieta de las vacas durante este período. Evitar fluctuaciones drásticas en el peso corporal y proporcionar una dieta que satisfaga, pero no sobreestime las necesidades nutricionales son prioridades. Además, es fundamental gestionar adecuadamente los minerales y las vitaminas para prevenir enfermedades como la hipocalcemia, así como fortalecer el sistema inmunológico de las vacas.
El manejo del ambiente también desempeña un papel fundamental en el bienestar y la salud de las vacas durante la transición. Se deben evitar situaciones de estrés calórico y garantizar condiciones higiénicas óptimas en los corrales y comederos. Además, el manejo del parto debe ser cuidadoso, asegurando un entorno limpio y tranquilo para facilitar el proceso fisiológico natural.
Durante el posparto, se debe prestar especial atención al manejo de las vacas recién paridas, separándolas de los terneros y proporcionándoles un ambiente cómodo y una dieta adecuada para fomentar una rápida recuperación y un retorno a la producción láctea.