AGRICULTURA

Región Pampeana: de la sequía extrema a recuperar la capacidad de siembra en la mitad de su área

En abril, el sistema atmosférico se transformó. Las circulaciones del mes fueron más que efectivas para lograr algo que parecía imposible hace 30 días atrás. La eficiente circulación de humedad que se inició, sigue actuando y mantendrá a las tormentas activas hasta el próximo sábado 4 de mayo. La próxima semana tambien empezaría con lluvias.

En estos últimos cinco días, llovió entre 20 y 180 mm en la región pampeana. Las diferencias de acumulados entre el este y el oeste son mayores a los 100 mm. Por segunda semana consecutiva, las lluvias estuvieron presentes con volúmenes importantes y una distribución muy generosa en el este de la región pampeana.

Tal como se preveía (https://bit.ly/2HJl50l), el noreste de Buenos Aires, y el sur de Santa Fe y de Entre Ríos, entre el domingo 29 y el lunes 30, despidieron al mes de abril con lluvias. Al sumar los acumulados que le siguieron el primero de mayo, las marcas trepan por encima de los 40 mm. En Rojas, Buenos Aires, se midió un pico de 178 mm. Un valor semejante no se observaba desde hace más de 8 meses en la región pampeana. La anomalía donde más se expresa es en el este de la región. Hay acumulados mensuales de abril en el orden de los 250 mm, cómo en Ramallo, Buenos Aires, que son dos veces y medio las lluvias promedio del mes. Tras el paso de abril, la región pampeana pasó de tener el 44% con las peores condiciones hídricas de los últimos 50 años a posibilitar la siembra de trigo en el 52% de su territorio.

 

Trigo, ¿qué zonas han recuperado la humedad para sembrar y cuáles no?

No se trata de tener solo la cama de siembra con humedad, lo más importante es disponer de agua suficiente en los perfiles. Por eso, la palabra final para decidir la implantación del cultivo la tienen las muestras de suelo que toman los barrenos. El análisis que se hace con las muestras que toman determina si se cuenta con un 70% o más de agua útil en los suelos.

Pero en función de los modelos de agua en el suelo es posible tener una primera estimación a nivel no de lote pero si de la región. Y lo que señalan tras las lluvias es que Entre Ríos, Buenos Aires y Santa Fe están entre las provincias más favorecidas.En Santa Fe se estima que en el 55% de la provincia se dispone de la carga de agua necesaria para el cultivo, al igual que en el 61% de Buenos Aires. Entre Ríos con estas últimas lluvias mejoraron las posibilidades en casi todo su territorio.

Pero el contraste con el oeste es muy fuerte

Córdoba recibió pocos milímetros en esta última semana. Las lluvias estuvieron en el orden de los 10 a 35 mm. El mejor comportamiento lo tuvieron en el SE de la provincia, dejando 20 a 35 mm. Incluso dentro del territorio cordobés, el contraste de situaciones es muy amplio. En todo el mes de abril los acumulados de lluvias mensuales varían entre 30 a 170 mm. El valor más bajo está en el extremo oeste de la provincia en el límite con San Luis, pero gran parte de la franja oeste está en el orden de los 50 mm, y las posibilidades de hacer allí trigo están muy comprometidas. Al norte de la provincia tampoco le ha ido mejor, la falta de agua sigue marcándose aunque la mejora respecto a hace un mes es considerable. En los departamentos del este, tras el paso de abril la recuperación hídrica de los perfiles ha sido muy importante. Los valores de lluvias de abril están entre los 150 a 170 mm. Como en el caso de Monte Buey con 159 mm acumulados en el mes, que se van moderando hacia Noetinger o Idiazábal con 140mm. Los modelos señalan que las siembras de trigo cuentan allí con la humedad suficiente en el 37% de la provincia.

La Pampa es otra provincia de la región que llega casi sin aliento para plantear el trigo en este nuevo ciclo. El contraste con el año pasado no puede ser mayor, para esta época los excesos hídricos planteaban enormes desafíos para la cosecha y el traslado de la mercadería.

Pero aún hay tiempo, en la región pampeana las siembras comienzan a mitad de mayo y se estiran en el sur hasta la cuarta semana de agosto. Lo importante es que la circulación de humedad siga manteniéndose y permita a las lluvias seguir actuando y llegar a las áreas más necesitadas.