En un mundo donde los recursos energéticos son limitados, producirlos es una necesidad y una responsabilidad. Argentina, con la actual dirigencia gubernamental, comenzó a implementar una política de Estado que va en ese sentido.
Nuestro país ostenta una diversidad de recursos naturales extraordinarios además de poseer una historia de esfuerzo sobrehumano realizado por nuestros padres y abuelos, inmigrantes y nativos que trabajaban de sol a sol, viviendo en la miseria. El sol siempre está, también el viento. Estuvieron siempre y seguirán estando por mucho tiempo. En tal sentido, aprovechar la energía que regala la naturaleza cada día es la propuesta que se plasma en estrategias federales de largo plazo.
Emulando a las potencias del mundo, se diseñó un plan para el desarrollo sostenido de las energías renovables, “que involucra a toda la geografía nacional”, en el cual cada provincia tiene su lugar y es tarea de todos los actores contribuir a que se desarrolle exitosamente. La regulación del Estado es aquí fundamental, debido a que proporciona el marco para el trabajo conjunto.
Nunca antes se había vislumbrado una vinculación tan estrecha entre la acción pública y la privada, que nos conviene a todos ya que constituye una relación Ganar- Ganar. Así como en materia alimenticia, nuevamente Argentina tiene todos los números comprados. El viento más fuerte de la Patagonia y el sol más potente de la puna jujeña son una complementariedad extraordinaria. Tierra fértil, reservas de agua dulce y cereales por doquier. Por si faltase algún lujo al banquete, agreguemos Vaca Muerta, las
reservas de silicio y salida al mar. Alimento y energía para diez Argentinas… ¿Porque no, para veinte?
Argentina sigue intacta. Con todo por hacer. Claro que se puede. Actualmente contamos con más de 100 proyectos entre los que hay solares, de biomasa, eólicos, de biogás, y aprovechamiento hidroeléctrico.
Dentro de nuestra región, producir energía es uno de los temas prioritarios. A partir de los desechos pecuarios, Santa Fe tiene un potencial enorme en la producción de bioenergías, dando a su vez sustentabilidad ambiental y completando el camino de la economía circular.
Estamos ante un cambio de paradigmas en lo que refiere a energías y debemos actuar en consecuencia. Las vacas de estos tiempos no solo dan leche y carne, también producen desechos que han dejado de ser un problema para ser la oportunidad de que la rueda siga girando. Aportando desde un lugar científico, CONECAR ha creado un centro de Investigación y desarrollo, vinculado a la agroindustria con el fin de aplicar ciencia y tecnología y agregar valor a la producción. De esta manera trabajamos pensando en el consumidor del futuro, un consumidor informado que tiene en cuenta la huella ecológica de los productos a la hora de elegir.
Simplemente un país normal. Sustentable, con soberanía energética y en sintonía con el mundo desarrollado. Un país con todas las condiciones para ser el protagonista de los nuevos tiempos. Sin duda, las acciones inteligentes generan la posibilidad de realizar nuevas acciones inteligentes. Argentina con el foco en las energías renovables es una acción inteligente de alta importancia.
Roberto Guercetti
CEO CONECAR