GANADERIA

La Ganadería de los próximos 10 años

Más allá de las consecuencias de la sequía y los cambios en el consumo interno, existen nuevas oportunidades para avanzar en mejoras productivas. 

La ganadería argentina se enfrenta a múltiples desafíos y oportunidades en un contexto socioeconómico y productivo complejo y cambiante. Durante el episodio de “Levantando la perdiz” el ciclo de streaming de Aapresid, los referentes en ganadería José Jaúregui, Lara Giuliani y Federico Hidalgo marcaron los diversos factores que moldean el futuro de esta actividad clave en el país.

Pasar de Productor a Empresario ganadero

La ganadería tiene que ser una fábrica a cielo abierto, comenta Federico Hidalgo. Esto significa entenderla como “una serie de procesos complejos donde hay muchas variables naturales que no vamos a poder manejar, pero donde tenemos que producir desde un punto de vista económicamente sustentable”.

Para Federico Hidalgo, existe un choque cultural entre dos generaciones y el desafío está en entender y comunicar los nuevos escenarios. “Los ganaderos de antes vivieron una etapa donde el ternero valía U$s 0,50 el kg y cualquier inversión era sumamente medida. Hoy el ternero está a U$s 1,80, desde hace 4 años y todo indica que no va a bajar, entonces las estrategias de hace 30 años ya no sirven. Hoy el 90 % de los ganaderos no llega a pagar el costo de alquiler”.

También advierte que “estamos en un excelente momento para mejorar los procesos de eficiencia productiva en nuestros campos y planificar la ganadería de los próximos 10 años”. Invertir en mejoras estructurales permitirá aumentar la productividad, sin embargo, requieren una visión a largo plazo, ya que los retornos se verán luego de varios años.

¿Cómo afectó la sequía al sector?

Por su parte, Hidalgo subraya que, “en momentos de crisis climática como la sequía, una de las primeras reacciones es la liquidación de vientres”. Este fenómeno provoca luego una escasez de animales en el mercado, lo que tiende a aumentar los precios por un período de dos a tres años.

Sin embargo, no todo es pérdida. En cuanto a la reducción del rodeo, Lara comenta que al comenzar a participar en las decisiones de manejo de su establecimiento familiar, implementó cambios significativos. Si bien han reducido el número de vacas, este ajuste era necesario para evitar el sobrepastoreo y el deterioro de los lotes agrícolas.

Mediante una mejor gestión de los recursos forrajeros, se logró aumentar significativamente la eficiencia del rodeo. Esta gestión incluyó la incorporación en las pasturas de especies de verano e invierno, tanto gramíneas como leguminosas , y el uso de reservas como rollos y silo de maíz. Además, se implementaron prácticas más rigurosas de sanidad animal, como raspajes y vacunaciones preventivas. Estos cambios resultaron en un aumento en el porcentaje de preñez, que en tres años pasó del 64% al 98%, optimizando así la productividad general del rodeo.

Demanda de los ganaderos

Lara, desde su perspectiva como productora, enfatiza las dificultades a las que se enfrentan los ganaderos: “No manejamos los precios de los insumos, ni los precios a los que vendemos la carne, ni siquiera el agua que cae del cielo”. Además, la falta de financiamiento y seguridad jurídica para invertir en mejoras tecnológicas limita la capacidad de aumentar la productividad y competir en mejores condiciones.

A pesar de estas dificultades, Lara encontró la forma de agregar valor a su producción. “Al cruzar las vacas comerciales con toros de pedigree, logré duplicar el valor de los animales en el mercado”, afirma.

Por su parte, José Jauregui comenta que si bien “en Argentina, el consumo interno es lo que mayormente tracciona el precio”, la capacidad de pago de los consumidores tiene un límite. En el mercado internacional “Si bien pasamos de un 10% histórico a un 30% de exportación, no estamos accediendo a los mercados más sofisticados. El 75% de lo que exportamos va a China, que busca carne de menor calidad”. Esto refleja una limitación para el crecimiento en mercados con mayor poder adquisitivo, donde los precios podrían ser más rentables para los productores.

La ganadería argentina tiene el potencial de seguir siendo un pilar en la economía del país, siempre y cuando se aborden estos desafíos climáticos y económicos que limitan el potencial de los pequeños y medianos productores con estrategias innovadoras y se apoye al sector con políticas que fomenten el crecimiento y la inversión.