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Es imperativo bajar la presión financiera e impositiva al campo

Si reactivar la economía nacional es una prioridad para este año, no puede dejar de contemplarse a la brevedad la baja de la presión financiera e impositiva al sector agropecuario, motor de arranque del aparato económico argentino, que permitirá reactivar la economía del interior y volver a crecer.

Lo peor que el Gobierno puede hacer es seguir estirando la recesión y mantener estas tasas que impiden la adquisición de capital de trabajo al campo al comienzo de un ciclo productivo.

Los productores usaran la cosecha fina pasada para bajar su nivel de endeudamiento pero también es necesaria una buena cosecha gruesa para acomodar su situación financiera, pero difícilmente le quede capital de trabajo propio para afrontar el ciclo productivo 2019 / 2020.

Por esta razón es vital el financiamiento bancario mediante un costo de capital de trabajo acorde con un proceso productivo. De perdurar la situación actual habrá dos consecuencias, bajará la producción como consecuencia de una menor inversión tecnológica mientras que por otro lado aumentará el endeudamiento de los productores.

Actualmente, las únicas líneas de crédito subsidiadas están enfocadas en descontar cheques, pero con corto alcance, ya que tienen cupos y son pausibles del scoring bancario, sistema este que mide el grado de reciprocidad de un cliente con un banco.

“Sera fundamental disponer de una herramienta para efectivizar el crédito y garantizar el repago de las deudas que se acumulan con los bancos. Han desaparecido las líneas que puedan financiar en forma razonable el capital de trabajo, hay que recuperarlas a tasas no mayores al 20 % porque las rentabilidades de las actividades
agropecuarias hoy no otorgan rentabilidad como para pagar más que eso”, aseguro Matias de Velazco, presidente de CARBAP.

En la Argentina de hoy son más negocio las inversiones financieras, lo que llamamos poner la plata a trabajar, que producir generando empleo e inversiones que producen alimentos y bienes que también son exportados con el consecuente ingreso de divisas al país.

Es preocupante no solo el pasivo con el sistema financiero, sino también con la AFIP y proveedores del campo en la actualidad.

Si la esperanza esta puesta en que el campo sea el motor de arranque de la economía, será necesario proveerlo de capital de trabajo accesible y disminuir la enorme presión tributaria que asfixia y paraliza al sector.
Para ello es necesario que el estado nacional, provincial y municipal definitivamente hagan su ajuste.