Un ensayo de larga duración determinó que la incorporación del cereal, como antecesor a los cultivos de verano, mejora la productividad, el uso del agua, las propiedades del suelo y permite optimizar el control de las malezas.
El trigo es uno de los cultivos de invierno más utilizados, como antecesor a cultivos de verano, principalmente soja. Su incorporación, ya sea con destino de grano o como cultivo de cobertura, permite mejorar la productividad de las secuencias de cultivos, el uso del agua, las propiedades del suelo y optimizar el control de malezas. En la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Paraná –Entre Ríos– se desarrollan ensayos de larga duración que ubican al cereal en distintas secuencias agrícolas.
“Luego de 13 años de evaluación de los ensayos de larga duración, podemos recomendar la inclusión del trigo, ya sea con destino a grano o cobertura, para intensificar y diversificar las secuencias agrícolas con el fin de mejorar los rendimientos de los cultivos de grano y las propiedades del suelo”, señaló Carolina Gregorutti, jeja del Departamento de Producción del INTA Paraná.
Ensayos de larga duración realizados en dos tipos de suelo (Molisol y Vertisol), en el campo experimental del INTA Paraná demostraron que es posible mejorar los rendimientos del cultivo de trigo (promedio de 8 campañas agrícolas) cuando se lo incluyó en secuencias de cultivos más diversas, lo que involucra mayor número de cultivos diferentes.
“El rendimiento del trigo, en el suelo Molisol, aumentó de un 5 a un 9 % al aumentar la diversidad de cultivos a tres y cuatro diferentes; mientras que en un suelo más arcilloso (Vertisol) la mejora en el rendimiento del trigo fue de un 10 a un 19 %, respectivamente, en comparación con la secuencia trigo/soja de segunda (sólo 2 cultivos)”, explicó Gregorutti.
A la par, en otro experimento de larga duración realizado en el campo del INTA mostró que, luego de 13 años de evaluación, la inclusión del trigo como cultivo de cobertura con fertilización nitrogenada mejoró el rendimiento del cultivo soja comparado con una secuencia en monocultivo de soja. “Observamos incrementos de un 4 a un 9 %, el cual fue mayor en secuencias bajo rotación de cultivos de tres años que incluyeron trigo como cultivo de grano y cobertura”, detalló Leonardo Novelli, investigador del INTA Paraná y del Conicet.
“Se han registrado mejoras en diferentes propiedades del suelo como la materia orgánica, en aquellas secuencias que incluyen cultivos de cobertura fertilizadas con nitrógeno”, puntualizó Novelli y agregó: “En función de los estudios desarrollados, podemos decir que el trigo favorece la reducción de malezas por la competencia, aporta residuos que permiten mejorar los niveles de materia orgánica al suelo y reduce los procesos erosivos por una mejora en la cobertura de suelo”. (INTA)