Pero hay más: la degradación se incrementa cuando el tránsito excesivo se combina con rotaciones poco “intensificadas” y dominadas por cultivos de baja biomasa, que se traducen en menor actividad microbiana y pérdida de carbono (C) en el suelo, ambos factores determinantes en el fortalecimiento de la estructura física del mismo.
Ensayos de larga duración realizados en zonas semiáridas y subhúmedas, muestran que una mayor intensificación de las rotaciones pueden mejorar la captación de agua en un 60%. “En algunos casos, la infiltración pasó de 40-50 mm/h a 90-95 mm/h, y en campos subhúmedos, de 70-80 mm/h a más de 190 mm/h. Esto se logró con cultivos de servicios (CS) y una mejor nutrición, especialmente con fósforo (P)”, precisa Álvarez.
4 estrategias de ‘COSTO 0’ para reducir el tránsito de maquinaria
Australia es líder en la implementación del TCA (Tránsito Controlado Agrícola), una técnica para ordenar el tránsito de la maquinaria y que, según explica Imhoff, permitiría mejorar los rindes en hasta un 25% luego de 3 a 4 años, dependiendo del nivel inicial de degradación. Si bien su uso óptimo implica invertir en unificar trochas de equipos o en orugas, se trata mayormente de una técnica de gestión de procesos, es decir, de ‘un cambio de mentalidad’.
Así lo afirman los especialistas en maquinaria de la Red de SS, Lisandro Repetto (FCA-UNR y miembro de la Asociación Argentina de Tránsito Controlado Agrícola, AATRANCA) y Pablo Besson (AATRANCA), que aseguran que la tecnología necesaria para implementar TCA en Argentina existe desde hace años, y hay al menos un proyecto en Chaco donde se ya se aplica a gran escala.
Si bien reconocen que la gestión de equipos en un país donde más del 60% de las labores se realiza mediante contratistas es todo un desafío, advierten que hoy el productor cuenta con algunas prácticas simples y de ‘costo cero’, para dar el primer paso hacia una estrategia de tránsito controlado.
1. Aprovechar el piloto automático. “Asumiendo que un gran porcentaje de las labores se realizan con piloto automático, se podría comenzar usando las mismas ‘líneas madre’ para el guiado para todas las operaciones, aunque los anchos de trabajo no coincidan. Si se respetan estas líneas todos los años, esta simple acción puede reducir el porcentaje de huellas entre un 50 y 60%”, explican. Para esto último, el uso de señales con repetitividad asegura el “no corrimiento” de la línea de por vida.
Además, las plataformas digitales que trabajan con intercambios de datos por telemetría en tiempo real y los monitores con softwares cada vez más amigables, facilitan la operatividad.
2. Ordenar la dupla “tractor-autodescargable”. Otra acción simple es asegurar que el equipo tractor-autodescargable transite únicamente por las huellas de la cosechadora, saliendo de ellas sólo al momento de descargar el grano.
3. Controlar neumáticos. La presión de inflado de los neumáticos no debe superar las 30 lb/pulgada. Como ‘plus’, el uso de neumáticos radiales y/o de alta flotación para reducir la compactación en la huella son aliados estratégicos.
4. Entrar al lote con humedad óptima. Con niveles de humedad cercanos al 60%, el riesgo de compactación se reduce mucho.
Desde la Red de SS, agregan que el buen diagnóstico es clave para saber dónde estamos parados, y en esa línea, desarrolló una cartilla de 6 indicadores sencillos de medir a campo por los mismos productores, que incluyen infiltración, densidad, evaluación del crecimiento de raíces, entre otros.