Nos encontramos en un momento clave para la nación. Argentina es una rotonda donde el tren de las oportunidades pasa continuamente. Es tiempo de reflexionar acerca de las responsabilidades que tenemos ante el mundo y ante nosotros mismos.
Como decíamos en escritos anteriores, en diciembre de 2015 se inició un camino que puso en marcha motores y ubicó a Argentina en la pista central. Contábamos con los recursos naturales, con la capacidad y con el capital humano adecuado, pero el solo hecho de poseerlos no nos aseguraba el logro efectivo de los objetivos. Es así que las políticas públicas en consecuencia fueron y siguen siendo elementales para desarrollar productiva, económica y socialmente a nuestro país.
En tal sentido, a partir del 2015 se observan ciertos pilares que traccionan a favor del bienestar general: el respeto a las instituciones y por consecuencia la consolidación del orden republicano; la pluralidad y el respeto a las distintas voces y opiniones; y la implementación de políticas públicas asertivas, que reconciliaron posturas de los principales sectores económicos del país y entendieron mercado global permitiendo que nos insertemos exitosamente en la economía mundial.
En 2020 tendremos la oportunidad de seguir consolidando un sistema republicano y federal.
El año 2019 puede ser el quiebre que ubique a nuestro país en un lugar que nunca debió haber abandonado. En 2020 tendremos la oportunidad de seguir consolidando un sistema republicano y federal. Para esa fecha el mundo habrá visto cinco años de acciones y gestiones confiables, de coincidencia de lo que se dice con lo que se hace.
El plan Belgrano está en plena ejecución. Las energías renovables ocupan el centro de la escena. La política comercial exterior apuesta al agregado de valor y al aumento de exportaciones. Se entiende que Argentina tiene el potencial para ser parte de la solución a la demanda creciente de alimentos y se actúa en consecuencia.
El año 2019 puede ser el quiebre que ubique a nuestro país en un lugar que nunca debió haber abandonado.
Sin duda, Argentina inició un proceso de cambio que significa una transformación histórica y que debe seguir consolidándose. A lo comprobado y expuesto, por pertenecer al sector agroindustrial, agrego visión sobre otras actividades sensibles para las personas y para las empresas. En lo que respecta a obra pública, el nivel de transparencia ha dado un giro de 180° y las inversiones van a donde corresponden, mejorando la calidad de vida de toda una nación.
Sin duda, Argentina inició un proceso de cambio que significa una transformación histórica y que debe seguir consolidándose.
La administración y gestión de un país, una provincia, una ciudad o pueblo no difieren de una empresa. La idea es la misma, la meta y el objetivo también. Todas las organizaciones basan su sustentabilidad en tres pilares básicos. Los mismos deben ser viables en lo económico y financiero, de lo contrario, colapsan. Sean públicas o privadas, deben ser viables ambientalmente y deben contribuir al desarrollo social. Un presidente, gobernador o intendente, con aptitudes empresariales tiene un hándicap favorable que hace su mandato diferente. La oportunidad para la Argentina es histórica y única. Mantener una política de estado saneará la sociedad e irá reafirmando los logros. Bienvenidos a la pista, la carrera continúa.
Roberto Guercetti
CEO CONECAR