Cada día el interés por el Bienestar Animal crece a la hora de elegir el producto a consumir y se transforma en un cuestionamiento por el valor ético y moral de lo que compramos y consumimos.
Las exigencias de los consumidores favorecen el camino a la trazabilidad de la carne, lo que resulta en una mejor calidad de los alimentos. Pero el bienestar animal no debe entenderse solo como un beneficio productivo, sino que se engloba en algo mucho mas importante que es la responsabilidad que tienen los ciudadanos y las empresas a propiciar el desarrollo sostenible del planeta en todas sus facetas.
Existe una clara preferencia en la elección de alimentos producidos bajo sistemas donde el respeto por el bienestar animal sea un valor central. Los nuevos consumidores apoyan públicamente las acciones en pos del mismo, en todas sus matices. A fin de referenciar esta situación citamos los eventos acaecidos en Australia, donde una emergencia a nivel mundial ha puesto en alerta a toda la sociedad debido a la catástrofe natural que ya se ha cobrado más de 1.000.000 de vidas de animales. Esto a su vez debe hacernos tomar consciencia de que las acciones impactan en todo el ecosistema, y que nuestro comportamiento debe ser responsable en todo concepto.
Sumado a esto, los medios de comunicación juegan un rol fundamental. Actos que no sean coincidentes con los derechos o las condiciones de los animales pueden filmarse en el momento mismo de su ejecución y enviarse a todo el mundo a en cuestión de segundos. Por lo tanto, el bienestar animal, además de ser un deber de todos los ciudadanos y una responsabilidad social empresarial, debe convertirse en PRIORIDAD.
Para poder atender esta necesidad es necesario profundizar en algunos conceptos básicos. El bienestar animal, citando el Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OIE, “designa el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere”. A raiz de ésta definición la OIE cita “cinco libertades” para describir el derecho al bienestar que tienen los animales; libre de hambre, sed y desnutrición; libre de miedos y angustias; libre de incomodidades físicas o térmicas libre
de dolor, lesiones o enfermedades; y libre para expresar las pautas propias de comportamiento.
El bienestar animal debe incluir desde el nacimiento hasta el momento de la faena. Debemos dar seguridad al consumidor de que el producto que elige respeta todos los parametros de bienestar, inocuidad y seguridad necesarios. Ademas, debemos demostrar que el animal tuvo una vida placentera, con la aplicación de medidas para reducir al minimo cualquier dolor, ansiedad, estrés, etc y con la atención díaria de sus necesidades, actuando de manera preventiva en relación con la salud y el bienestar físico. Trabajar en instalaciones, manejo, y certificarlo mediante normas internacionales sin dudas que brinda una garantía diferencial a quienes atentamente observan estas cuestiones.
Ahora bien, éste desafío está en sintonía por un lado con la responsabilidad ética y moral y por otro por la creciente demanda de alimentos del mundo. De esta manera, es necesario que todo el proceso sea pensado estrategicamente para poder ser eficientes y estar a la altura de cumplir con las exigencias de los nuevos consumidores, certificando procesos y verificando que las personas que se dedican al cuidado animal estén capacitadas e informadas.
Roberto Guercetti
CEO CONECAR