MERCADOS

Argentina pone foco en las energías renovables

Recursos naturales infinitos sumados a gestión inteligente. Argentina tendrá en Jujuy el parque solar más grande de Latinoamérica.

Durante varias décadas, la dirigencia de nuestro país, con poca autocrítica y un alto grado de soberbia, creyó que podía enseñarle al mundo cómo se gobierna una nación. Quizás subestimaron que hay países con más de 1000 años de historia que, diezmadas por guerras terminales, hoy son potencias mundiales. La dirigencia de nuestro país aún no comprendió que los éxitos transitorios de décadas pasadas estuvieron lejos de ser virtud propia. En efecto, los mismos son explicados por los extraordinarios recursos naturales que ostenta la Argentina, sumados al esfuerzo sobrehumano de nuestros padres y abuelos, inmigrantes y nativos que trabajaban de sol a sol, viviendo en la miseria.

El sol siempre está, también el viento. Estuvieron siempre y seguirán estando por mucho tiempo. Aprovechar la energía que regala la naturaleza cada día es la propuesta de la nueva administración nacional. Emulando a las potencias del mundo, se diseñó un plan para el desarrollo sostenido de las energías renovables. Nunca antes se había vislumbrado una vinculación tan estrecha entre la acción pública y la privada. Nos conviene a todos ya que constituye una relación Ganar- Ganar.

El plan del presidente Mauricio Macri, además de impulsar el uso de biocombustibles, promueve el aprovecha- miento de la energía solar y eólica. Nuevamente, Argentina tiene todos los números comprados. El viento más fuerte de la Patagonia y el sol más potente de la puna jujeña son una complementariedad extraordinaria. Tierra fértil, reservas de agua dulce y cereales por doquier. Por si faltase algún lujo al banquete, agreguemos Vaca Muerta, las reservas de silicio y salida al mar. Alimento y energía para diez argentinas… ¿Porque no, para veinte?

¿Cómo pudieron las anteriores dirigencias políticas haber llevado a la Argentina a semejante decadencia?. Un llamado a la solidaridad a los soldados de la década perdida. Como mínimo, concedernos el beneficio al silencio. Aunque con resabios del pasado piqueteando calles, el futuro de nuestro país es el más esperanzador de la historia. Argentina sigue intacta. Con todo por hacer. Claro que se puede.

El manejo del agua es imprescindible, en tanto que el agua dulce significa vida. Tomemos el ejemplo de los romanos, que hace 2000 años atrás gestionaban el agua de una manera sorprendente. En este marco, hablar de energías renovables y solo pensar en paneles solares y molinos de viento, incluyendo los biocombustibles, es poco ambicioso.

El agua debe ocupar un lugar primordial en la agenda argentina en tanto que tirarla al mar es algo totalmente inviable. Represas, riego, acuicultura + arroz, hidrovías. El costo energético de mover cargas por agua, es un 20 % de lo que cuesta por ruta. En este sentido, las obras que no se hicieron no están. El productor agropecuario, con todo el derecho, reclama obras paliativas y se van a hacer. Pero con eso sólo empatamos. Para ganar el partido, el modelo a seguir es Holanda. Dos tercios de la superficie debajo del nivel del mar, y a pesar de eso constituye uno de los países más desarrollados del mundo. Algo habrán hecho.

Como mencioné en el inicio la buena noticia es que Argentina tiene recursos naturales como ningún otro país, no obstante, su aprovechamiento depende de la existencia de recursos humanos. El presidente Macri los tiene. El Subsecretario de Recursos Hídricos de la Nación. No es un militante K, sino que ocupa el cargo por mérito propio. En efecto, es uno de los profesionales más capacitados del país en materia hídrica. Su nombre es Pablo Berirciatúa. Ingeniero civil con maestrías en Holanda y EEUU. Vientos de cambio, sin duda.

Hace un par de años, específicamente en la columna de enero de 2015, arriesgué una afirmación que algunos calificaron como derroche de optimismo pero que hoy la ratifico. El 10 de diciembre de 2015 será recordado por las generaciones venideras como una fecha no menos trascendental a las históricas de mayo de 1810. Cada día de esta nueva administración nacional afianza mi optimismo. Quizás en el segundo período, ya no sea tal derroche y sólo sea optimismo basado en hechos reales.

Hace 200 años nuestro país se declaraba independiente de la monarquía española. Poco después, se invitaba a todos los hombres del mundo para que habiten en el suelo argentino. De esta forma se desarrollaba la patria grande y el granero del mundo. Sin embargo, los golpes militares irrumpían en la paz democrática.

En 1983 nos independizábamos de las dictaduras. Pero la democracia populista e irresponsable no logró el objetivo de consolidar la nación. En efecto, el 10 de diciembre de 2016 Argentina se declaró independiente del populismo y de los depredadores seriales. Inició un camino que, en solo una década, pondrá a nuestro país de pie y lo convertirá en un país normal. Un país que ya no será esclavo de la corrupción, de las patotas o de los piquetes. Que los traidores de la patria estén donde tienen que estar y que los patriotas sean reconocidos como tales.

Simplemente un país normal. Sustentable, con soberanía energética y en sintonía con el mundo desarrollado. Un país con todas las condiciones para ser el protagonista de los nuevos tiempos. Sin duda, las acciones inteligentes generan la posibilidad de realizar nuevas acciones inteligentes. “Argentina con el foco en las energías renovables es una acción inteligente de alta importancia”.

Autor: Roberto Guercetti Presidente/CEO Conecar