En la provincia del noroeste argentino se producen algodón, girasol, soja y maíz, entre otros. Durante el proceso productivo, el avión es una herramienta muy importante porque permite llegar al cultivo en el momento justo.
El Chaco es una provincia en donde se cultiva algodón, girasol, soja, maíz y algo de trigo. Desde la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (Fearca) hablamos con algunos productores y aeroaplicadores de esta zona productiva con el objetivo de dar a conocer qué hacen, cómo aplican, cuáles son los tratamientos en cada cultivo, entre otros temas.
La superficie de algodón que se produce en el Chaco es de aproximadamente 120 mil hectáreas y a nivel país, incluyendo las provincias de Chaco, Santiago del Estero, Formosa, San Luis y Salta, son aproximadamente 400 mil hectáreas. De lo cual de éstas tienen un rinde promedio de 600 kg de fibra, que harían un total de 240 mil toneladas. En Argentina se consumen 120 mil y el resto se exporta. Todo se realiza con cosecha mecánica y se procesa en las plantas desmotadoras locales de cada provincia. “El cultivo es muy importante en el norte de Argentina porque produce mucha mano de obra para las provincias”, opinó Héctor Linke, productor y propietario de una empresa de aplicación aérea.
Linke, es productor algodonero hace más de veinte años. Siembra un total de 20 mil hectáreas de cultivos por campaña y hace un año y medio que es el Presidente de la Asociación Argentina de Productores Algodoneros.
“La aplicación aérea de productos fitosanitarios, en algodón, es muy importante porque es un cultivo que necesita muchas aplicaciones ya que tiene una gran cantidad de plagas en la totalidad del desarrollo del mismo”, explicó Linke y sostuvo que “viene a suplantar a la terrestre por diversos problemas, principalmente de piso, debido a las abundantes lluvias que se producen en el verano”. Además, una de las plagas más importantes es el picudo algodonero y necesita, según el año, entre seis a ocho aplicaciones y el trabajo aéreo que se realiza contra esta plaga es muy eficiente.
“Las problemáticas del cultivo son varias porque el algodón es muy sensible”, explicó Linke y agregó: “Elegimos la aplicación aérea por diferentes motivos, la rapidez, eficacia y organización. Creemos que es una herramienta fundamental, ya que se logran aplicaciones de excelente calidad y productividad, optimizando todos los recursos”. Y resaltó que “lo más importante es llegar en el momento justo cuando el cultivo lo necesita”.
Llegar en el momento justo
Durante la gira que realizó el equipo de Fearca a Chaco, se reunió con varios aeroplicadores y productores de la zona sur de la provincia en donde compartieron su visión sobre la eficiencia del avión en los diferentes cultivos. “Una aplicación aérea se hace en el momento en que se considere oportuno”, sostuvieron los aeroaplicadores.
Por otro lado, la aplicación aérea en maíz es indispensable a la hora de hacer fungicidas porque es una planta muy alta donde los terrestres producen un daño excesivo y, en algunos casos, es imposible hacerlo porque la plantación está arriba de los dos metros.
En cuanto a la soja, por las variedades que hay actualmente, están todas bastante altas, superando el 1,20 metro de altura. Con una máquina terrestre se rompe mucho el cultivo y los tratamientos de fungicida e insecticida son más eficientes con aplicación aérea. A modo de ejemplo, comentaron que “actualmente tenemos lotes lejos a los que no se puede llegar, en donde no hay agua para aplicaciones terrestres y ahí es dónde podemos observar las ventajas de la aplicación aérea.”
Por su parte, el Presidente de la Cámara de Empresas Agroaéreas del Chaco (CEACH), Guido Kindwerley, contó su experiencia como aplicador. El girasol en el Chaco se siembra en junio/julio y se cosecha en diciembre/enero, se hacen entre 150 a 170 mil hectáreas de girasol por campaña. “Por ser un cultivo alto casi todos los tratamientos se hacen aéreos”, explicó Kindwerley y opinó que “cuando tiene isoca y oruga, se hace tratamiento con insecticida de bajos caudales y en el final de su ciclo se suele aplicar disecante para acelerarlo con el objetivo de cosechar más rápido porque hay demasiadas palomas y loros, que para el cultivo son plagas”.
“La aplicación aérea es eficiente porque manejás los tiempos, es mucho más rápida que trabajar con un terrestre”, señaló Kindwerley y resaltó: “sobre todo cuando hay plagas que afectan a la planta y requieren la velocidad del tratamiento”.