La relación insumo-producto permitirá mejorar la aplicación de tecnología
En una reunión organizada por Fertilizar Asociación Civil, el especialista en fertilidad y manejo de nutrientes en agricultura de alta productividad y profesor asociado de Fertilidad de Suelos y Manejo de Nutrientes de la Universidad Estatal de Kansas, Dorivar Ruiz Díaz, disertó sobre el manejo de la nutrición en maíz y trigo.
En este marco, Ruiz Díaz explicó que en Kansas, con lluvias anuales de entre 1.000 a 500 milímetros, cuya disminución se da hacia el Oeste, manejan un rendimiento promedio de 12.000 kg/ha de maíz y 7.000 kg/ha de sorgo. El especialista reiteró un concepto básico pero fundamental para el diagnóstico, los análisis de suelo son la base para recomendar una fertilización precisa. “Es lo último que debería cortarse cuando los márgenes de ganancia son bajos”, señaló.
A propósito de la inversión en fertilización, Ruiz Díaz enfatizó que “el productor por no pagar más omite los micronutrientes y eso termina siendo el factor limitante. Muchas veces no aplicar fertilizantes es la peor decisión económica, porque la limitante del rendimiento es la nutrición, ante la evolución del potencial genético de los nuevos híbridos”.
El especialista señaló que en Kansas estudian qué sucede con los distintos sistemas de aplicación de fertilizantes a largo plazo, porque “lo que no se hizo hace 5 años repercute actualmente”. En este sentido, mencionó los resultados de un estudio que ya lleva 30 años donde se miden los efectos de diferentes dosis de aplicación de fósforo, manteniendo la dosis de nitrógeno constante. Con aplicaciones de 30 kg/ha de fósforo para una rotación de maíz y soja se registran, luego del transcurso del tiempo, una baja significativa en los niveles de este nutriente en el suelo. Explicó que esto se da porque al tener mayor potencial genético y por ende mayores rendimientos, los cultivos extraen más nutrientes y hay que aplicar mayores dosis. “A 10 años, las dosis que aplicamos actualmente se tornan insuficientes porque los rendimientos actuales no son iguales a los de hace una década”.
En sus trabajos, el profesor demostró que las pérdidas económicas se dan tanto en los escenarios donde las dosis de fertilizante nitrogenado son subestimadas, como cuando son sobre estimadas, y que por ende existe un escenario intermedio y óptimo donde se maximiza este beneficio. Esta dosis de fertilizante lógicamente estará ajustada a la oferta de nitrógeno del suelo. “Desconocer el nivel de nutriente del suelo (por falta de análisis) conduce a regular mal la dosis y por ende a perder dinero”. Y agregó “muchas veces por no hacer análisis de suelo se pone fertilizante de menos, pero la pérdida de rendimiento (dinero) por no aplicar es mayor que si se aplicara algo de más”.
Para Dorivar, ante precios de los granos más ajustados, la importancia de analizar el suelo es mayor porque hay que ser muy eficiente. Explicó que por esa razón en los últimos dos años en los laboratorios de Kansas hubo un incremento de los análisis de suelo. Agregó que también se utiliza mucho el mapa de nutrientes y la fertilización en grilla, más que por lote, usando monitores de rendimiento.
¿Qué pasa en Argentina?
Por su parte, el Ing. Agr. Jorge Bassi, Vicepresidente de Fertilizar, detalló que desde el 2011 la reposición de nutrientes (considerando Nitrógeno, Fósforo y Azufre) viene reduciéndose drásticamente, llegando en el año 2015 a un valor del 28%, similar a lo que había ocurrido en el año 2002. “Debemos destacar que en el año 2016 se ha revertido la tendencia negativa y hemos logrado un 35% de reposición”. Aseguró que “si bien es clara la deuda que tenemos con nuestros suelos, celebramos el cambio de tendencia”.
También realizó una comparación de los años de mayor aplicación de fertilizantes en la Argentina que fueron 2007, 2011 y 2016. Si bajamos la aplicación a los promedios por superficie sembrada nos encontramos que las dosis han bajado de 104 a 101 y 89 kg/ha, respectivamente ya que el consumo de fertilizantes en estos años fue similar, pero la superficie sembrada fue en aumento. “Rescatando el aumento de consumo, debemos entender que las dosis aplicadas por unidad de superficie son menores que las de 10 años atrás, tenemos mucho por mejorar”.
Respecto a las intenciones de uso de fertilizantes para la presente campaña comentó que “según las encuestas, hoy los productores tienen la intención de aumentar el área fertilizada en trigo y soja. Además tienen decidido aumentar las dosis en Maíz de siembra temprana y tardía. En base a esto estamos proyectando un leve incremento en el uso de fertilizantes del 6%, pasando de las 3,6 millones de toneladas del 2016 a 3,8 – 3,9 millones de toneladas en 2017”.
Poniendo foco en maíz, explicó que la relación actual de precios es mejor hoy que los años anteriores, y agregó: “Estamos expectantes y aconsejamos a los productores comprar con anticipación para preveer la logística, ya que la relación insumo/producto es hoy un 20 % más favorable en el caso de los fertilizantes fosfatados y 30% para los nitrogenados, respecto del promedio de los últimos 10 años. Hoy, comprar el fertilizante cuesta menos kilos de maíz”.
Al respecto Bassi recalcó que “al igual que lo presentado por el Dr. Ruiz Díaz, debemos actualizar las dosis a las expectativas de rendimiento, y a la oferta de nutrientes del suelo. Los diagnósticos cobran cada vez mayor importancia y nos permiten maximizar los rendimientos.”
Señaló las diferencias entre Kansas y la Zona Núcleo argentina, en cuanto a que en aquellas regiones se realizan rotaciones maíz-maíz-soja y en la Región Pampeana en muchos lotes se hacía maíz cada 4 ó 5 años, al destacar la importancia del maíz temprano para cuidar el suelo. “No debemos olvidar que la mejor forma para aportar uno de los nutrientes más importantes –el carbono- lo debemos hacer a través de la rotación con gramíneas”.