Fernando Rivara (Federación de Acopiadores), José Carlos Martins (Consejo Agroindustrial Argentino), Gustavo Idígoras (CIARA-CEC), Diego Cifarelli (FAIM), Marcos Hermanson (Centro de Corredores) y Elbio Laucirica (Coninagro) integraron una mesa intersectorial donde coincidieron en pedir previsibilidad y reglas claras para expandir la producción.
En un año electoral, ¿qué se juega el sector agroindustrial argentino? Seis representantes de distintos eslabones de la cadena debatieron en Agrotendencias 2023 sobre las problemáticas del presente y los desafíos que se vienen. El primero en tomar la palabra fue Elbio Laucirica, presidente de CONINAGRO: “Este año vamos a manejar esquemas de rotación; los parámetros están delimitados por los esquemas de uso de suelo. Pero se puede sembrar más o menos de acuerdo a cómo venga el clima y el costo de los insumos”, remarcó. Y agregó: “estamos con grandes expectativas pero también con grandes incertidumbres. Hay proyecciones de El Niño y eso es bueno, pero todavía en muchos lugares no hay suficiente humedad para empezar las labores”. “Los 235 pesos para el trigo no son un mal precio. Pero si lo comparamos con los 310 del año pasado, parece poco. De todas formas, los márgenes parecen ser buenos”, resumió. En cuanto a los insumos, el ruralista pidió liberar las restricciones para la importación de fertilizantes. El referente de CONINAGRO se preguntó cuánto va a valer el dólar. “Nos gustaría tener previsibilidad para saber con qué tipo de cambio vamos a producir”. Y dijo: “vamos a sembrar antes de que terminen las elecciones y eso suma más incertidumbre. Hay un punto importante que tiene que ver con las posibilidades de financiamiento”. Fernando Rivara, presidente de los Acopiadores, arengó para fortalecer la relación constructiva de los eslabones de la cadena. “Estamos demasiado abocados a la parte interna de nuestras instituciones y tenemos que prestar más atención a los planteos y problemáticas colectivas. Por supuesto que hay tensión entre nosotros. Unos venden y otros compran. Pero hay desafíos que involucran a toda la cadena y nos tienen que encontrar con posturas homogéneas y monolíticas”, enfatizó. Rivara también cuestionó las actitudes “infantiles” del Gobierno que agreden a los sectores de la producción y el trabajo. En ese sentido, llamó a los referentes de la cadena a abandonar posturas individualistas y trabajar en conjunto entre todos los eslabones. “Tenemos que fortalecer el diálogo para afrontar las asechanzas”, remarcó. En otro tramo de su exposición, Rivara manifestó su preocupación por la posible comercialización del trigo transgénico HB4 porque “puede afectar los mercados que hemos conquistado y no aceptan este tipo de materiales”. En este sentido, agregó que a pesar de que un Gobierno pueda aprobar el trigo transgénico, “lo importante es que los consumidores no lo acepten, no lo compren o no lo elijan en las góndolas”, fustigó. Para finalizar, advirtió: “se está poniendo al trigo argentino en un altísimo riesgo por culpa del paraguas protector de un Gobierno a una empresa en particular. La cadena está por encima de una empresa. Por eso tenemos que trabajar por la unidad. Tenemos que enfrentar con mucha intensidad las asechanzas externas”. Marcos Hermanson, del Centro de Corredores, ponderó el desarrollo del sector de corredores y agentes. “Somos el nexo de una oferta atomizada y una demanda mucho más concentrada”, resumió y destacó que la evolución se viene dando por la complejización de los servicios que hoy se brindan. “Hoy tenemos cotizaciones de maíz para 2024 alrededor de los USD 200 y una soja cercana a los USD 350”, remarcó. Hermanson consideró que más que nunca “hay que fortalecer las instituciones como ciudadanos, como productores, como directivos de entidades productivas. Los representantes de la cadena tenemos que estar unidos y en permanente diálogo. Me jacto en decir que tenemos un comercio de granos que funciona muy bien, pese a todos los obstáculos de la política. La pandemia nos dejó una enseñanza enorme y nos hizo entender que no sólo le tiene que ir bien a mi sector, sino a toda la cadena. Nadie se salva sólo”, concluyó. Diego Cifarelli, representante de los Molineros, expresó su orgullo de pertenecer a una cadena de trigo a la que consideró “madura”. No obstante, consideró que la coyuntura está complicada. “No somos amigos del intervencionismo aunque muchos crean que sí. Estamos con los precios del trigo más caros del mundo y tratamos de comprar donde podemos”, explicó, pero “entendemos a los productores que no quieren vender y resguardarse en moneda dura”. A pesar de todo, se mostró optimista de cara al futuro. “Lo que viene está teñido de esperanza y de sueños. Queremos que el Gobierno que venga no esté solo concentrado en hacer una política extractiva como única visión hacia el campo y la producción. Hemos demostrado que somos la solución para producir y generar trabajo”, puntualizó. Cifarelli también puso énfasis en la necesidad de fortalecer la cadena y darle el mayor valor agregado al trigo. “El año pasado logramos generar 5 mil millones de divisas. Sólo necesitamos que nos saquen el pie de encima para que podamos producir y generar riquezas”, subrayó. A su turno, Gustavo Idigoras, titular de CIARA-CEC, fue directamente al hueso: “Es el peor año en términos de márgenes, cuando vemos números reales, la exportación no ganó un solo día márgenes positivos en 2023 y no va a ganar un solo día en todo el año”, remarcó. Para el representante de los exportadores son indispensables aplicar cuatro medidas en forma urgente: 1) no impedir el financiamiento; 2) terminar con las trabas a las importaciones de insumos; 3) eliminar todos los fideicomisos, y) finalizar con medias distorsivas como el dólar soja o el dólar agro. Según Idígoras, los productores no son sujetos de financiamiento bancario porque los mecanismos están vedados. “El Banco Central nos prohíbe que financiemos a los productores. Tenemos que resolver todos estos problemas. Hoy vimos que la Argentina puede alcanzar las 11,5 millones de toneladas, pero, ¿con quién vamos a competir?”, se preguntó y agregó que “el sudeste asiático es un mercado con mucho potencial pero quizás, cuando queramos volver, tengamos una gran competencia en calidad y cantidad”. Además, rechazó las medidas del Gobierno de promover tipo de cambios especiales como Dólar Agro o Dólar Soja al considerar que generan distorsiones en los mercados. “Si trabajamos estos desafíos, podemos tener un crecimiento sostenido de 10 años y un fuerte posicionamiento internacional”, aseguró. Finalmente, José Martins, presidente de la Bolsa de Cereales y del Consejo Agroindustrial Argentino, remarcó que “lamentablemente, a veces, los Gobiernos van en contra del desarrollo agroindustrial” y agregó que “somos el único sector que mantenemos la palabra. Tenemos que estar orgullosos porque toda la cadena está regida por principios éticos. Después estamos en un negocio donde cada uno tira para su lado”. No obstante, arengó a los otros dirigentes de la mesa: “no nos quedemos en la queja, trabajemos en una propuesta”. En este sentido, se refirió al proyecto de ley Agroindustrial presentado el año pasado. “Hemos tratado de poner a disposición una política integral agropecuaria para los próximos 10 años. Hemos tratado de repensarnos, de ser protagonistas y de trabajar con otros sectores. Por eso nos hemos abierto a otros actores como las universidades y economistas independientes. La propuesta es clara y está a disposición de las fuerzas políticas. Tenemos que convencer a la política de que sin nos dan condiciones en pocos años vamos a conseguir 180 millones de toneladas, 100 mil millones de dólares, crear empleos de calidad y sacar a mucha gente de la pobreza. Señores, que la política no cajonee más estas iniciativas”, remarcó.