Manejo de una Santa no tan ‘santa’
Debido a su gran capacidad para persistir y colonizar nuevas áreas, es imprescindible buscar herramientas complementarias al control químico y pensadas a largo plazo y bajo criterios de alternancia.
El avance de commelina suele arrancar en los alambrados y cabeceras, en manchones. Es en ese momento donde deben priorizarse las estrategias de control, tanto químicas como mecánicas o manuales (extrayendo los rizomas), para evitar la dispersión. Cuando la infestación es masiva en todo el lote es clave aplicar tratamientos químicos combinados en otoño y primavera, teniendo en cuenta la perennidad de la especie.
Para el tratamiento del barbecho de otoño luego de la cosecha del cultivo estival y previo a las primeras heladas, cuando las plantas están aún con follaje verde y en crecimiento, debe apuntarse a herbicidas sistémicos (como mezclas de glifosato + 2,4D en altas dosis) capaces de llegar a los rizomas, afectando la acumulación de reservas en los rizomas y el consecuente rebrote de primavera.
En primavera, el objetivo de control será desecar la maleza para dar tiempo al cultivo estival de cerrar el surco. antes del rebrote. Si bien los herbicidas de presiembra o preemergencia disponibles para esto no son altamente eficaces, los mayores controles se alcanzan con 2,4 D y 2,4 D sal colina (Hormonales). En un escalón más abajo se encuentran Amicarbazone (FII), Atrazina (FII), Paraquat (FI), Carfentrazone (PPO), Saflufenacil (PPO), Piraflufén (PPO), Glufosinato de amonio (Inh. Glut. Sint.), Dicamba (Hormonal) y Picloram (Hormonal).
Cabe destacar que la estrategia más exitosa dependerá principalmente del tamaño de la maleza y la distribución en el lote. Ej: si son plantas de hasta 10 cm o de semilla, se pueden alcanzar controles eficientes con Paraquat. Cuando tienen entre 10 a 15 cm se debe recurrir a la combinación de activos como Glifosato + 2,4D + algún acompañante (carfentrazone, flumioxazin, sulfentrazone, saflufenacil); mientras que con tamaños superiores, se puede recurrir a la técnica del doble golpe con Glifosato + 2,4D / Paraquat en la segunda aplicación, solo o en mezcla para aumentar el efecto (con diurón, flumioxazin, metribuzin o atrazina).
Ante rebrotes dentro del cultivo, el uso de materiales tolerantes (ej: Enlist) ofrece la posibilidad de aplicar con el cultivo ya instalado. En dicha situación, la aplicación oportuna de glifosato en post emergencia del cultivo y con la maleza en estado juvenil, es una buena alternativa ya que, si bien no elimina la maleza, reduce su producción de biomasa y de semillas, reduciendo posibles pérdidas de rendimiento. ¿Qué herbicidas de postemergencia aparecen como los más eficientes? : Glufosinato de amonio (Inh. Glut. Sint.), 2,4 D sal colina (Hormonal), Lactofen (PPO), Fomesafen (PPO) o Benazolin (Hormonal).
La hora de aplicar: que el costo del herbicida no se pague con malas decisiones
La eficacia de los tratamientos se reduce en plantas de mayor tamaño, por lo que es clave el monitoreo y la aplicación temprana.
- El uso de coadyuvantes y la corrección del pH del agua de aplicación aportan a la eficiencia de control mejorando el ingreso del activo a la planta
- Respetar el periodo de carencia entre aplicación y siembra del cultivo.
- Combinar principios activos en mezclas y aumentar dosis al máximo recomendado por marbete.
Queda claro que ningún tratamiento químico por sí solo alcanza sin una estrategia integrada, química y cultural. En otras palabras, esto implica que todo tratamiento con herbicida debe acompañarse de prácticas que generen el ambiente más propicio para el cultivo y menos amigable para la maleza. Un ejemplo es la reducción de la distancia entre surcos y el uso de herramientas que aseguren la emergencia homogénea del cultivo (calidad de siembra, nutrición, etc.). Como dicen: ‘mas vale maña que fuerza’
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