En la localidad de Sauce Viejo, SpeedAgro hace formulación de coadyuvantes con altísima tecnología, mediante procesos certificados y exigentes estándares ambientales. Invitaron a una recorrida a 60 distribuidores referentes para que conocieran estas instalaciones.
En la localidad santafesina de Sauce Viejo, SpeedAgro hace formulación de coadyuvantes con altísima tecnología, mediante procesos certificados y exigentes estándares ambientales.
A una invitación a recorrer la planta, 60 distribuidores, lo más destacados de toda su red y que vienen acompañando con el máximo compromiso el crecimiento de la compañía desde hace más de tres años, conocieron estas instalaciones.
De esta manera, los distribuidores reconocidos interactuaron con el equipo técnico, el cual mostró la innovación y la máxima tecnología con que se desarrolla la completa línea de coadyuvantes, y, finalmente, todo concluyó con un gran encuentro de camaradería.
Víctor Escalas, presidente y CEO de SpeedAgro, anfitrión del grupo, expuso expectativas y las novedades desde el primer momento.
“Esta reunión estaba pendiente desde antes de la pandemia ya que queríamos contarles que nuestra planta cuenta con un sistema de producción 100% automatizado; es ‘verde’ ya que trata completamente sus efluentes; tiene la capacidad de procesar 30.000 litros de producto por hora y está certificada con normas ISO”, señaló en la apertura el directivo.
En estos años, las metas alcanzadas fueron ambiciosas, pero lo que viene es más desafiante aún.
“Nos convertimos en una compañía química, que formula a partir de 30 moléculas diferentes para cultivos extensivos e intensivos diversos, de una envergadura tal que exporta a 12 países de los tres continentes americanos”, reconoció el CEO.
Este año, SpeedAgro cumple 21 años desde su fundación y los proyectos cercanos tienen faros largos.
“Sellamos un acuerdo con Syngenta para la distribución de nuestros productos a nivel local. También ya empezamos a invertir en nanótica – para el desarrollo de productos con nanotecnología- y empezaremos a trabajar muy pronto en proteína vegetal aislada lo implica producir alimentos para salud humana. Somos una compañía que está haciendo desarrollos para salir al mundo”, admitió el directivo.
Recorrida por la planta
Marina Emmert, jefa de producción y gestión de calidad, comenzó la recorrida por el “corazón” de las instalaciones: la planta de formulación y envasado de coadyuvantes de las líneas “NG” y “Xion”, que cuenta con tres líneas de envasado (de 250 centímetros cúbicos a un litro; de un litro y de bidones de 5, 10 y 20 litros)
El circuito de fabricación de coadyuvantes de SpeedAgro está completamente computarizado, desde la recepción hasta el despacho. A esta trazabilidad, la compañía le suma el seguimiento hasta la canal de distribución.
Según Emmert, la planta, además de estar certificada bajo la norma IRAM-ISO 9001, hace tratamiento de efluentes y residuos industriales, y también se autoabastece de energía eléctrica y agua calienta por medio de paneles solares.
La siguiente parada de la recorrida fue en el área de depósito central y cadena de suministro. Allí, el responsable, Fernando Gigli, explicó que la planta cuenta con espacio de almacenamiento de 3.600 posiciones y es totalmente automatizada.
“En el manejo del depósito no intervienen personas y solo dos operarios manejan el transelevador central que está asociado y conectado a dos robots que se encargan de la gestión de las posiciones”, detalló Gigli.
Otra de las características del depósito es su capacidad de rotación, dotada por un sistema inteligente de tipo “lo primero que entra, es lo primero que sale”.
Finalmente, la recorrida concluyó en los nuevos laboratorios. Eduardo Leguizamón, líder del proyecto de laboratorio, contó que estas instalaciones, cuya construcción finaliza antes de fin de año, tendrá cuatro zonas específicas: la analítica, otra división para hacer análisis con herramientas tecnológicas de avanzada, una zona microbiológica, más el área de desarrollo.
Además, el laboratorio contará con una planta piloto a pequeña escala para evaluar, con anticipación, cómo se comportará la formulación en un proceso industrializado.
Al finalizar la obra, será certificado con normas internacionales IRAM-ISO 17.025 para que la información generada, por análisis y reportes, pueda ser presentada como documento ante cualquier autoridad en el mundo.