AGRICULTURA

Nueva Alerta Roja: resistencia a glifosato en Pasto cuaresma (Digitaria sanguinalis)

Se confirmó la resistencia a glifosato en un biotipo de D. sanguinalis en el noroeste de la provincia de Buenos Aires. Así se suma una nueva especie a la cada vez más extensa lista de malezas resistentes en Argentina, que hoy alcanza los 42 biotipos, 28 de ellos con resistencia a este herbicida.

Se confirmó la resistencia a glifosato en un biotipo de D. sanguinalis en el noroeste de la provincia de Buenos Aires. Así se suma una nueva especie a la cada vez más extensa lista de malezas resistentes en Argentina, que hoy alcanza los 42 biotipos, 28 de ellos con resistencia a este herbicida.
Los experimentos que permitieron confirmar recientemente la resistencia fueron liderados por Ing. Agr. Marcos Yanniccari (Chacra Experimental Integrada Barrow – CONICET – Facultad de Agronomía UNLPam) e Ing. Agr. Ramón Gigón (Asesor privado).

Los mismos incluyeron estudios a nivel molecular, fisiológico y enzimático así como la supervivencia de las plantas de una población de D. sanguinalis expuesta durante varios años a la selección de glifosato en condiciones de cultivo extensivo.

En cuanto a ensayos de dosis-respuesta (que consisten en evaluar la supervivencia de las plantas de biotipos resistentes y susceptibles (Dgs R y Dgs S) a dosis crecientes de glifosato), los resultados mostraron que, veintiún días después del tratamiento, hubo plantas “sobrevivientes” que mostraron un crecimiento activo sin daño visual aparente, a diferencia de las plantas susceptibles, que exhibieron hojas dañadas y necróticas.

Alrededor del 85% de los individuos resistentes sobrevivieron a la dosis de campo recomendada de glifosato (960 g ea/ha), mientras que todos los individuos susceptibles fueron controlados con esta dosis de glifosato. Por otra parte, la dosis necesaria para causar la muerte del 50% de los individuos resistentes (DL50%) fue de aproximadamente el doble de la dosis recomendada de glifosato.

Estos ensayos se complementaron con experimentos que cuantifican los niveles de ciertas sustancias en los tejidos de la maleza, cuya concentración varía en respuesta a la acción del herbicida y que, por tanto, funcionan como indicador de la sensibilidad al mismo y de la presencia de resistencia.

Ambos estudios llegaron a la conclusión de que los biotipos denunciados por Odello eran resistentes a glifosato con un índice de resistencia estimado de 5.1.

Mecanismos involucrados en la generación de resistencia: hallazgo clave para diseñar estrategias de manejo efectivas

Como se sabe, existen diversos mecanismos que pueden ser responsables de la resistencia en las malezas. Conocer aquellos involucrados en la resistencia en una especie en particular ayuda a diseñar estrategias de gestión de la evolución de la resistencia.

En este caso, los ensayos anteriores se complementaron con la secuenciación del fragmento de ADN responsable de la síntesis de la enzima cuya actividad es inhibida por el herbicida (EPSPS). Los mismos revelaron que detrás del mecanismo involucrado en la resistencia de D. sanguinalis se encuentra una mutación de sitio específico a nivel de ADN que afecta directamente la enzima sobre la cual actúa el herbicida. Dicha mutación hace que se requiera una concentración de glifosato 80 veces mayor en la población resistente para lograr una acción de control similar a la de la población susceptible.

Es la primera vez que se detecta este tipo de mutación en malezas. El hallazgo de este mecanismo marca el camino de estudios futuros para conocer sus efectos sobre la heredabilidad de la resistencia y la aptitud adaptativa de las plantas resistentes.

Teniendo en cuenta que el glifosato es la principal herramienta agronómica utilizada para el control químico de D. sanguinalis en cultivos de soja y maíz tolerantes al glifosato, esta nueva alerta genera un nuevo desafío para los profesionales y productores en lo que a su manejo refiere.

En este sentido, desde la Rem explican que, lejos de figurar escenarios alarmistas, la detección de estas resistencias son fundamentales en el diseño y promoción de estrategias de manejo de plagas con enfoque sistémico, integrando a los métodos de control quimico, practicas complementarias de manejo agronómico como: fecha de siembra, arreglo espacial, rotaciones, monitoreo, control biológico, etc.