En una reunión llevada a cabo en la Bolsa de Comercio de Rosario, dirigentes del Consejo de Entidades Empresarias de Santa Fe plantearon a la Ministra de Infraestructura, Silvina Frana, al Ministro de Producción, Daniel Costamagna, al Fiscal de Estado, Rubén Weder, y a otros funcionarios del gobierno provincial presentes, su preocupación por el crecimiento de la cuenca de La Picasa, que se tornó una amenaza para el sur de Santa Fe, generando problemas a poblaciones cercanas e impactando fuertemente sobre la producción de la zona.
Los miembros de la Comisión de Asuntos Hídrico del Consejo expusieron que, a pesar de las obras desarrolladas en las dos últimas décadas, entre ellas el Canal Federal de La Picasa, algunas que quedaron inconclusas o subejecutadas, y otras que nunca se llevaron a cabo, lo cierto es que los desmedidos aportes de agua que ingresan por canales regulares y clandestinos, cunetas y caminos vecinales desde Córdoba y Buenos Aires, no encuentran salida y elevan notablemente la cota de la laguna.
Las lluvias de los últimos 70 días tuvieron la particularidad de haber sido de mayor magnitud en el Sur de la Cuenca, en la línea Villa Rossi (Córdoba), Cañada Seca y Villa Saboya (Buenos Aires) y esto provocó un impacto inmediato sobre los reservorios ubicados en Santa Fe y la propia laguna, con ingresos de agua que por caudal y velocidad de traslado resultaron sorprendentes y causaron la inundación de miles de hectáreas en cuestión de horas.
Los acuerdos suscriptos por los gobiernos de Santa Fe y Buenos Aires, sólo permiten derivar hacia esta última provincia volúmenes mínimos (5 metros cúbicos por segundo por los canales norte y sur), lo que genera una absoluta desproporcionalidad entre lo que ingresa y lo que se evacúa. Si esto no se equilibra rápido habrá que afrontar graves consecuencias sobre localidades y predios privados inundados, además de los cortes de la Ruta Nacional N°7 que une Capital Federal con Mendoza y Chile, y del Ferrocarril San Martín.