En Santa Fe, el asesor Carlos Grosso compartió resultados de ensayos con una nueva camada de fungicidas entre los que se destaca Goldleaf, como la llave para combatir enfermedades de fin de ciclo con resistencia como Cercospora kikuchii.
Enero 2022. Al igual que ha ocurrido con las malezas y los herbicidas, aunque quizás con menos prensa, también algunas enfermedades han ido sumando resistencia a los fungicidas. En la Argentina ya está disponible Goldleaf, el único fungicida multisitio para soja que viene a aportar un salto en el manejo de enfermedades, especialmente de las resistentes como Cercospora kikuchii. “En Piamonte, Santa Fe, con el 90% de suelos clase 1 y 2, el principal problema sanitario en soja son estas enfermedades de fin de ciclo”, contó el ingeniero agrónomo consultor privado de VMV Siembras, Carlos Grosso. Y agregó: “Lo que nos preocupa es que hay una pérdida de eficiencia en el uso de los fungicidas tradicionales de estrobirulinas más triazol”. Por eso, la campaña pasada evaluó el desempeño de nuevos fungicidas que permitan agregar nuevas estrategias de control a las que se vienen utilizando hace 20 años en base a triazoles y estrobirulinas. Después de 5 años de ensayos y más de 1.000 parcelas evaluadas con 250 tratamientos, Grosso contó que ven con satisfacción la aparición de nuevas alternativas. Dentro de éstas, “Goldleaf, un fungicida multisitio de UPL que ha tenido un buen desempeño en los ensayos”. Cercóspora y septoria son enfermedades que aparecen al final del ciclo y generan manchas en las hojas y una defoliación prematura del cultivo. “El resultado más visible de estos fungicidas es una mayor retención foliar”, contó Grosso. Y compartió: “Las mejores parcelas este año -2020/2021- van a tener un rendimiento de 300 a 400 kilos por hectárea por encima de los testigos sin fungicida y 200 kg/ha más respecto de los fungicidas convencionales que están perdiendo eficacia de control”. Grosso advirtió que quizás no sean grandes diferencias de kilos, de hecho “no se ven a simple vista desde la ruta”, pero “que hay que tener en cuenta que cuando los márgenes terminan siendo de 600 a 800 kilos promedio para un productor, obtener 200-300 kilos de más es un 40-50% del margen neto que termina recibiendo y tiene un impacto importante en la renta”. “Asociado al propósito OpenAg y a la agricultura sostenible, UPL sigue trabajando fuerte en el manejo de resistencias y es allí donde surge Goldleaf, que es el primer fungicida para soja multisitio, triple mezcla y sistémico del mercado. Está compuesto por Protioconazole, que es uno de los mejores triazoles que existen; Mancozeb, que es el fungicida que le da la característica de multisitio; y Azoxystrobin”, enumeró Marcos Reynaudo, de Desarrollo de Mercado para UPL Argentina en Entre Ríos y Santa Fe. Además, “tiene acción preventiva, curativa, erradicante y antiesporulante”, agregó el técnico. “Vemos una pérdida de eficiencia de los fungicidas que usamos durante 20 años o más, algo similar a lo que sucede con los herbicidas sólo que cuando un herbicida falla en su control se ve desde la ruta. En enfermedades e insectos tenés otra escala, hay que mirar con lupa y estar atentos para ver si falla”, repasó Grosso. Y recomendó: “Al productor le digo que hoy tiene alternativas, puede empezar a hacer recorridas, visitar lotes y elegir fungicidas con una performance superadora como estos”. “Es un fungicida que genera entusiasmo”, cerró Grosso al referirse a Goldleaf, que ya está disponible para los productores esta campaña 2021/22.