La Red Agropecuaria de Vigilancia Tecnológica (RAVIT) se reunió en Córdoba y no solo presentó los resultados del trabajo que viene realizando desde hace tres campañas en el norte de Córdoba sino también el plan de trabajo que promete revolucionar el modo de gestionar la agricultura.
“Innovar de forma colaborativa te permite soñar más y subirte a la mejora continua”, reflexionó Mario Aguilar Benítez, productor de Las Chilcas. Él es uno de los 50 productores que participan de la Red Agropecuaria de Vigilancia Tecnológica (RAVIT), la iniciativa creada por Esteban Tronfi e impulsada por UPL Argentina que hace pocos días presentó su Simposio y volvió a marcar el rumbo de la agricultura que viene. Hace ya tres campañas que RAVIT viene abordando las variables agronómicas de 2 millones de hectáreas del centro norte de Córdoba, de la mano de 50 productores que se abrieron a compartir conocimiento. En palabras de Tronfi, la propuesta de la red se basa en dos principios fundamentales: la colaboración y la elaboración de modelos agronómicos “La colaboración multiplica la velocidad en la que se crea conocimiento. Si nos juntamos 40 o 50 productores multiplicamos el conocimiento que cada productor obtendría en una campaña por 40 o 50. En tanto, los modelos agronómicos mejoran la acertividad de las decisiones en la medida en que están relacionados a más variables, pero además nos dan la posibilidad de digitalizar el conocimiento y poder transmitirlo”, aclaró Tronfi. En base al análisis de tres campañas y bajo la dirección técnica de Emilio Satorre, RAVIT logró crear un modelo basado en el análisis de 13 variables que explican el 77% de la variabilidad de los rendimientos del maíz en el centro norte de Córdoba. Ahora el desafío es lograr que ese modelo sea accesible para todos. Este objetivo impulsa la segunda etapa del proyecto RAVIT, que estará basado en un concepto innovador como la tokenización. Un token es un objeto digital que tiene valor en cierto contexto o para determinada comunidad, representa el valor de alguna cosa. “El primer modelo fue construido con unidades de seguimiento intensivo (USI). En Córdoba Norte hay 100 USI’s (son dos por lote) y medimos 145 variables durante tres campañas. Ahora queremos ir a la hipersensorización, tener muchas más unidades de conocimiento a través de unidades de generación de información de 20×20 metros”, desarrolló Tronfi. Ese pixel será la nueva unidad de generación de información que llamarán TOKEN. Entonces, en un lote de 120 hectáreas, que tenía dos USI’s va a haber 3000 token de generación de información que van a ser producidos a través de cuatro tecnologías: el mapeo de suelos, la instalación de sensores de clima, los seguimientos satelitales modernos y los sensores de los equipos (cosechadoras, sembradoras). “Pero esto se potencia si consideramos que vamos a trabajar con 40 productores de Córdoba, que sumarán 120.000 token como unidades generadoras de información. El crecimiento es exponencial y esto pone a la agricultura a un paso de utilizar nuevas herramientas como la inteligencia artificial”, agregó. La nueva etapa del proyecto RAVIT persigue el sueño de cubrir a toda la Argentina con estas antenas generadoras de conocimiento, que además funcionarán como unidades de intercambio, de colaboración y relacionamiento entre toda la comunidad de agricultores y científicos. “Con 1300 productores que se sumen podemos dar asistencia en modelos de toma de decisiones a 100.000 agricultores del país. Estamos pensando en un siguiente salto: un token que hoy vincula datos y conocimiento de una comunidad de productores y científicos, podría vincular también al campo con toda la sociedad. Si se piensa que el costo de producción de un token de maíz puede rondar entre 25 a 40 dólares, significa que podremos ofrecer ese token a la micro inversión, es decir, imaginamos un futuro en el que cualquier ciudadano del planeta pueda convertirse en un agricultor. Por ejemplo, podremos invitar a una enfermera de Alemania a invertir en la agricultura argentina. Eso ya no es colaboración entre agricultores; eso es volver a esta herramienta una unidad de relacionamiento entre el agro y toda la sociedad”, aventuró Tronfi. El modelo actual Al describir las condiciones y el comportamiento del cultivo de maíz en la campaña 2020/21 e identificar los factores del clima, suelo y manejo que explicaron los rendimientos de maíz y su variabilidad en la región, Emilio Satorre puntualizó que las variables de manejo lograron explicar casi el 71% de las variabilidad de todos los lotes. La estructura de los cultivos y la nutrición explica el 57% de ese 71%. “La fecha de siembra, la densidad, el manejo de la fertilización nitrogenada y fosfatada, la protección del cultivo… explican diferencias de rendimientos en rangos que van entre los 3.500 y 13.500 kilos de rendimientos en las USIs”, expresó Satorre. Trabajar juntos “Como facilitadores de una red que trabaja para la sustentabilidad de los sistemas de producción de alimentos a nivel mundial, sin límites y sin fronteras, RAVIT es un gran ejemplo de nuestro propósito OpenAg”, dijo Rodrigo Ramírez, gerente general de UPL Argentina. “Los problemas actuales no se pueden resolver individualmente, solo lo lograremos organizándonos y trabajando en red. Este es el enfoque con el que trabajamos desde Bloom Ai, un proyecto de UPL Argentina a partir del cual estamos abordando temas como el cambio climático y el secuestro de carbono. Hay mucho para aprender y esto depende básicamente de las personas”, acotó. “El desafío es minimizar la huella ambiental y hacer frente al cambio climático. Para lograrlo, la llave es el conocimiento. Y el conocimiento nos necesita juntos”, dijo a su turno Pilu Giraudo, presidenta honoraria de Aapresid, participante del Simposio. Para Federico Bert, especialista del IICA, el conocimiento y la tecnología -como manera de condensar el conocimiento- son la llave maestra para hacer frente a los múltiples desafíos del mundo agropecuario del presente. “Es el momento más especial de la humanidad en toda su historia. La colaboración es el mecanismo de la especie humana para hacer más y mejor”, aportó y acotó que en los últimos 20 años se multiplicaron por 3 los papers científicos sobre ciencia biológica. Cambió la forma de generar conocimiento. “En la combinación virtuosa entre la inteligencia humana y la inteligencia artificial están las claves de esta época”. “No conozco otra forma de gestionar que no sea en forma colaborativa”, dijo Raúl Arinci, productor RAVIT con experiencia de trabajo en grupos CREA y de AAPRESID. Para Mario Aguilar Benitez, otro productor RAVIT, “los modelos no solo ayudan a obtener mejores resultados económicos, sino también a ser más sustentables y cumplir con los nuevos mandatos que demanda el mundo”.