AGRICULTURA

“Buscamos construir un modelo de acompañamiento que garantice la calidad de los procesos agroecológicos”

El Sistema Participativo de Garantía es un proyecto de extensión de la FAUBA que acompaña la transición agroecológica de familias productoras hortícolas. Es una red de múltiples actores que brindan contención, asesoramiento y oportunidades para mejorar procesos y prácticas. A su vez, permite que los/las consumidores/as conozcan cómo se producen esos alimentos. Entrevista al coordinador, Guillermo Fusaro.

Actualmente la producción y el consumo de productos agroecológicos se encuentran en pleno auge. Pero ¿quién está detrás de lo que consumimos? ¿cómo lo hace? ¿cómo llega a nuestra mesa?. La Facultad de Agronomía de la UBA, a través de Sistema Participativo de Garantía (SGP), funciona como nexo entre quienes producen los alimentos y los/as que los consumen para brindar información clara y confiable, acortar las cadenas de comercialización e incentivar el precio justo para la venta de esos productos.

En una entrevista para Agronomía Informa, el egresado de la Tecnicatura en Producción Vegetal Orgánica de la Facultad y actual coordinador del SGP, Guillermo Fusaro explica de qué se trata el proyecto que se extiende cada vez más, cómo es la certificación que emiten, cuál es su importancia para productores/as y consumidores/as; y cómo afectó (y afecta) la pandemia por Covid-19 a la continuidad del proyecto.

-¿De qué se trata el Sistema Participativo de Garantías de la FAUBA?
-El SPG es un proyecto de extensión que comenzó en 2017 y fue oficializado por Consejo a principio del año 2018. Siendo desde ese momento un proyecto que depende de la Secretaría de Extensión. El SPG es un proyecto colectivo, dinámico y local, que acompaña la transición a la agroecología de algunas familias productoras hortícolas que asisten a la Feria del Productor al Consumidor de la Facultad de Agronomía.

-¿Quiénes integran el SGP?
-Somos estudiantes, docentes, productores y productoras hortícolas, técnicas, técnicos, profesionales, consumidores y consumidoras que trabajamos solidariamente para construir un modelo de acompañamiento que garantice la calidad de los procesos agroecológicos.

-¿Hacia dónde camina el proyecto?
-Tenemos el horizonte de producir y alimentarnos de forma sana, segura y soberana cambiando la forma de producción, distribución y consumo de alimentos, valorizando el vínculo con el ambiente y la sociedad en su conjunto.

-¿De qué forma certifican los productos?
-Los productores y productoras miembros SPG junto a los equipos de trabajo de la Facultad construyen una serie de indicadores los cuales están ordenados en dimensión que hacen a la agroecología. Se evalúan temáticas vinculadas a realidades productivas, sociales, económicas, ambientales y de género.

-¿Y esta información queda a disposición de los consumidores?
-Sí, y de esta manera se justifican procesos y se denotan realidades que merecen ser valoradas y en algunos casos atendidas con políticas públicas. Estos mecanismos no reemplazan cambios estructurales u otras imprescindibles medidas de política pública, pero pueden ampliar considerablemente el acceso físico y económico a alimentos sanos.

-¿De qué forma pueden ampliar el acceso a alimentos?
-Un ejemplo claro que siempre utilizo para estos casos es lo que viene sucediendo con los bolsones agroecológicos de verduras. La producción agroecológica requiere de ecosistemas sanos para su producción, esto implica diversidad biológica, cuidados del suelo y del agua.  El bolsón de verduras contiene especies (vulgarmente “variedades”) que son sembradas estacionalmente, las asociaciones de las mismas dentro de los cultivos favorece procesos físicos, químicos y biológicos para el mejor aprovechamiento de los recursos como así también permiten el reciclado de nutrientes. Estas especies distribuidas en los bolsones muchas veces no son habituales en los comercios de cercanía ni en los grandes mercados, para muchos/as consumidores/as son nuevas y ofrecen la oportunidad de ampliar la dieta permitiendo una alimentación más diversa y equilibrada. Por su parte si los productores no pudieran vender estas variedades diversas el modelo no tendría sustento.

-¿Cuál es la importancia de su conformación para las/los productoras/es locales?
-Este proyecto de extensión es una construcción colectiva para la mejora continua de las prácticas, basada en el proceso de aprendizaje colectivo, el intercambio de saberes, las relaciones de confianza, y la participación mediante el cual los productores y las productoras se encuentran acompañados/as por una red compuesta de múltiples actores que brindan contención, asesoramiento y oportunidades para mejorar procesos y prácticas. Por su parte los consumidores y consumidoras logran acceder a información relevante sobre cómo fueron producidos estos alimentos y a su vez involucraste en temáticas vinculadas a la soberanía alimentaria.

-Y para la Facultad de Agronomía, ¿por qué es relevante?
-La Facultad logra formar a profesionales desde las temáticas propias de los territorios, trabajando un modelo distinto de producción, distribución y consumo de alimentos. Vincularse con productores y productoras hace que naturalmente surjan líneas de investigación para solucionar problemáticas cumpliendo así los roles de la universidad en docencia, investigación y extensión. Muchos/as estudiantes realizan sus trabajos de intensificación en el SPG o hacen un paso por el proyecto para enriquecerse profesionalmente con experiencias a campo.

-¿Docentes y estudiantes se involucran en el proyecto?
-Existe una gran cantidad de docentes y estudiantes que se interesan en las temáticas propias de la agroecología dentro de la facultad, el SPG funciona también como medio para el encuentro, el diálogo y la cooperación entre estos/as participantes. Antes del comienzo de la pandemia participaban 25 estudiantes y 11 docentes de forma directa y otros/as 20 estudiantes y 6 docentes de manera indirecta. Realizando sus tesis dentro del proyecto unos 7 estudiantes.

-¿Con qué instituciones trabajan?
-Existe un Consejo Asesor conformado por miembros vinculados a instituciones como INTA, SENASA, INAL, organizaciones de productores/as y de consumidores/as, la Universidad de La Plata y de Luján. Debemos fortalecer el rol del Consejo Asesor aún incipiente. Solo el hecho de visitar a los productores y productoras en el territorio hace que uno se vaya vinculando a diversos actores que también intervienen en esos lugares. Es el caso del INTA, SENASA, los Municipios a través del IDEL (en Florencio Varela), otras Universidades Quilmes, Jauretche, La Plata. Trabajamos solo con productores/as del AMBA, nuestras vinculaciones más fuertes están ahí, pero recibimos consultas de otras partes de la Argentina y con el tiempo fuimos conociendo e intercambiando experiencias con otros SPGs del país.

-¿Cómo impactó la pandemia por Covid-19?
-La pandemia nos ha afectado fuertemente como proyecto. La imposibilidad de realizar viajes a campo nos ha corrido de nuestra cotidianeidad y ha dificultado la participación de nuestros/as participantes.  Al mismo tiempo creemos que es una oportunidad para crear nuevos roles de liderazgo dentro del SPG y seguir fortaleciéndonos como Red, promoviendo la agroecología y defendiendo nuestro derecho a elegir qué modelo productivo queremos.