Cada 2 años REM rankea las malezas de mayor crecimiento y dispersión a nivel nacional. Se detectaron biotipos resistentes y tolerantes en 401 nuevos departamentos. Alerta por el avance de resistencias a ALS, ACCasa y hormonales, muchas de ellas múltiples con glifosato. Cada 2 años, sistemáticamente desde el 2013, REM hace un relevamiento nacional de las principales malezas resistentes y tolerantes. Este año no fue la excepción y se relevaron 27 malezas, 21 resistentes y 6 tolerantes, en 200 partidos y departamentos, cubriendo así 29 millones de hectáreas agrícolas. De este relevamiento surgen mapas que son de utilidad para diferentes actores de toda la cadena productiva. Por un lado, los productores y asesores pueden observar si en su zona de influencia fueron reportadas malezas que aún ellos no han visualizado, pero entonces cabe empezar a prestar mayor atención. De esta manera lo que se está ganando es tiempo, se podría decir que “están todos avisados”. Para graficar esto en términos reales, se identificaron malezas resistentes y tolerantes en 401 partidos y departamentos que no habían sido visualizadas en el 2017. Ya desde una visión macro, se puede analizar la situación nacional (Gráfico 1). Respecto a las malezas que mayor dispersión geográfica presentan, Rama negra se ubica en el primer puesto con presencia en el 99% de los partidos y departamentos relevados (Figura 1), seguida por el Yuyo colorado, con el 90%. Luego le siguen las gramíneas Pata de gallina, Sorgo de Alepo, Clorideas y Capín que rondan el 70-80%. Un escalón más abajo Raigrás, con el 60%, Botoncito blanco, Pappophorum y Gonfrena perenne, con el 40-50% de presencia. Las 10 malezas mencionadas son resistentes o tolerantes a glifosato, 60% de las cuales son gramíneas y el 40% restante latifoliadas o de hoja ancha. |
Pero los nombres cambian si se analizan las malezas que más crecieron en estos dos últimos años (Gráfico 2), al evaluar la cantidad de nuevos partidos y departamentos sobre los que fueron reportadas. En primer lugar aparecen los Nabos con resistencia a glifosato (Figura 2). Esto incluye a las especies Brassica rapa e Hirschfeldia incana. Le siguen el Yuyo colorado y la Pata de gallina, resistentes a glifosato, los Nabos, pero con resistencia a 2,4D, y el Sorgo de Alepo con resistencia a graminicidas ACCasa. Posteriormente aparece Gonfrena pulchella, tolerante a glifosato, Capín con resistencia a ALS, Pappophorum, Capín resistente a glifosato y las Clorídeas. Si bien algunas especies cambian, la proporción de gramíneas y latifoliadas se repite, 60 y 40%, respectivamente. |
Un dato no menor es que en esta segunda lista ya no solo aparecen malezas resistentes y tolerantes a glifosato, sino también a otros sitios de acción, como los ALS, graminicidas ACCasa y Hormonales. Es decir que, si bien las malezas de mayor dispersión geográfica son las resistentes y tolerantes a glifosato, están en franca expansión biotipos resistentes a otros herbicidas, en muchos casos con resistencia múltiple con glifosato. Claramente esto complejiza y encarece aún más el manejo y remarca la importancia de un enfoque integral, no alcanza con solo cambiar de herbicida. Monitoreo, rotaciones, cultivos de servicio, aplicaciones selectivas, ya no son una opción, sino una necesidad. |