Cuando las estadísticas indican récord de producción agraria, algún distraído del otro lado de la avenida General Paz, puede pensar que Argentina produce millones de toneladas de soja, maíz, trigo de forma natural.
La transformación agraria que pone a nuestro país como referente mundial en producción, innovación y potencial productivo, tiene gran parte de la explicación en la odisea de los contratistas rurales.
“Acá no viene nada” frase célebre del santiagueño que debajo del árbol, afirmaba que la tierra no era productiva, hasta que entusiastas y visionarios -principalmente de Santa Fe y Córdoba- convirtieron a la provincia de Santiago del Estero, en un polo productivo que permitió el desarrollo de la ganadería y la industria, generando una verdadera región con inclusión social; al igual que Salta y otras regiones a lo largo y ancho del país.
El campo fue, es y será sin duda el motor del desarrollo de nuestro país, combustible esencial de la mayoría de las actividades productivas, económicas y sociales.
Sin el campo no hay transporte, no hay talleres, no hay desarrollo. Los pueblos del interior viven del trabajo directo e indirecto que genera campo, y actualmente más del 20% de la población, las escuelas y hospitales, son asistidas por las retenciones e impuestos relacionados a la actividad rural.
“El país se recuperará con el campo, nunca sin el campo y menos aún contra el campo”. (Humberto Volando – FAA)
Argentina jugó en primera gracias al campo. Es cierto que Maradona y Messi son inalcanzables en cuanto a popularidad, pero con eso no alcanza cuando hay 10 millones de pobres esperando. Nos reconocieron mundialmente por el trigo, por las vacas, ahora por la soja, por haber sido el granero del mundo en todo su esplendor. El complejo aceitero más importante del planeta. Llegamos lejos gracias al campo. “Pudimos ser Venezuela contra el campo”.
Sin embargo, no todos tienen en claro que el campo somos todos, que la lluvia que no llega nos duele a todos, que la sequía o inundación, el cambio climático -de una u otra forma- nos afecta a todos.
Llegamos lejos gracias al campo. “Pudimos ser Venezuela contra el campo.
El 2017, la inundación azotó a gran parte de nuestro país, con pérdidas extraordinarias. El 2018, se inició con una sequía histórica que afecta a más de la mitad del territorio nacional,
complicando la economía de miles de productores agropecuarios, y -por supuesto- la de nuestra Nación en su conjunto.
Argentina saldrá adelante con el campo, con la industria, con la ganadería, con las economías regionales, con las pequeñas y grandes empresas, importando, exportando, caminando y aprendiendo.
“Esta columna está dedicada al contratista rural. En ellos a todos los trabajadores del campo, por el valor de arriesgar, soportar la incertidumbre de la lluvia, la seca, la falta de caminos, puentes, obras, aceptar haber sido usurpados por gobiernos corruptos, ladrones compulsivos.
Es el reconocimiento en ustedes, a nuestros padres y abuelos, pioneros en cultivar la tierra. Es el acompañamiento propio y de todas las personas de bien que queremos los buenos resultados del trabajo, porque de ustedes dependen los vasos de leche en las escuelas y los medicamentos en los hospitales.
De ustedes dependen mecánicos, pintores, albañiles, médicos, maestras.
Argentina saldrá adelante con el campo, con la industria, con la ganadería, con las economías regionales, con las pequeñas y grandes empresas, importando, exportando, caminando y aprendiendo.
Hoy todos somos contratistas rurales, todos somos el campo.
Roberto Guercetti
Presidente / CEO CONECAR
Fuente: String Agro