Chaco y Santa Fe duplicaron el área sembrada en la última campaña. El remate es una forma de impulsar un producto que cuenta con creciente demanda internacional a la que solo Argentina está en condiciones de responder.
Al igual que ya se hacía con otros cultivos como la soja y el trigo, el girasol tuvo por primera vez su propio remate. Fue de un lote primicia y representa un hecho histórico para recordar. El evento se realizó el 1 de marzo en Charata, Chaco, y tuvo como entidad anfitriona a la Bolsa de Comercio de Chaco, organizadora de la iniciativa junto a sus pares de Santa Fe y Rosario, la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, las Cámaras Arbitrales de Rosario, Santa Fe y Entre Ríos, y la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR).
El lote rematado perteneció a la empresa “Sucesores de Atilio Carinelli”, que además de productores son acopiadores de granos en la localidad de Corzuela, Chaco. Y es en su rol de acopiadores que se esforzaron para ganar el remate y pasar a la historia al quedarse con las 23 toneladas del lote tras ofrecer la nada despreciable suma de 15.600 pesos la tonelada. El monto de la subasta fue donado a establecimientos educativos de Charata.
Además de piloto de TC Pista, Augusto Carinelli es el gerente general de la empresa. En su rol de productor, detalló que el lote fue sembrado el 3 de julio con la variedad Nuseed en unas 30 hectáreas de un campo de Corzuela, departamento de General Belgrano, en la provincia de Chaco, y fue cosechado a fines de noviembre con un rinde de 1.700 kilos por hectárea. “Nosotros sembramos alrededor de 2000 hectáreas de girasol. En el caso del lote primicia, lo sembramos temprano a pesar de que en esta zona hay riesgos de heladas tardías en agosto o septiembre. Sin embargo, pudimos demostrar que sembrándolo temprano también puede obtenerse un buen rinde, aprovechando mejor la humedad”, destacó.
La recepción en destino se produjo el 1 de diciembre en la planta aceitera de Bunge Argentina, ubicada en la ciudad santafesina de San Jerónimo Sud. Mientras que la casa corredora encargada de la operación fue la firma Ojeda Zaks Corredores. En tanto, la cosecha fue supervisada y la muestra fue analizada por la Cámara Arbitral de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Los desafíos del girasol en la región
“Estamos superando las 400.000 hectáreas y el objetivo es pasar las 500.000”, dijo el gobernador del Chaco, Domingo Peppo, al enfatizar que la provincia es uno de los mayores productores nacionales de girasol. “En el Chaco producimos el girasol, pero la botella de aceite la traemos de otro lado. Como gobierno, tenemos la responsabilidad de darle al sector empresarial las herramientas para agregar valor”, agregó el funcionario.
Con el mismo entusiasmo se refirió el presidente de la Bolsa de Comercio del Chaco, Ricardo Khayat, una entidad joven que avanza en el compromiso con la producción agrícola: “ser anfitriones de este evento es un orgullo para todos los chaqueños. El año pasado nuestra provincia dio un salto muy importante y se convirtió en la segunda productora de girasol del país”.
“El mundo necesita unas 600 mil hectáreas de girasol más por año para satisfacer una demanda mundial de aceite de girasol que crece al 4,4% anual acumulativo. El gran proveedor, que es Ucrania, ya no tiene superficie para incrementar la oferta. El único país con cultura girasolera, capacidad exportadora e industria instalada para exportar es la Argentina. Por eso, tenemos que apuntar a producir al menos la mitad de esa cifra”, apuntó el asesor económico de ASAGIR, Jorge Ingaramo, durante la antesala del primer remate de girasol.
El especialista destacó que Chaco y Santa Fe lograron duplicar el área sembrada, al pasar de 320 mil a 640 mil hectáreas tras la quita de retenciones. “Ese es un gran ejemplo de la recuperación que se necesita para crecer de 1.200.000 a las 2.600.000 hectáreas que se sembraban en el país hace apenas 10 años”, enfatizó.
Por su parte, el director Ejecutivo de ASAGIR, Carlos Feoli, detalló los desafíos que debe enfrentar Argentina para ganar competitividad en el comercio internacional. Uno de los temas clave es la presencia de residuos de fitosanitarios en granos y aceites. “Estamos trabajando desde hace varios años con la Dirección de Calidad del Senasa, con la que acordamos que es primordial poner en claro cuál es la normativa que exige el Codex, que Europa y otros numerosos países toman de referencia. Tanto en el transporte como en el acopio debe evitarse el uso de insecticidas no permitidos. Por ejemplo, la fosfina es una opción válida para controlar los insectos y mantener limpios todas aquellas instalaciones donde se almacenan granos”.
El otro tema clave es la mezcla de aceites según su composición acídica. “Hoy conviven diferentes perfiles como alto oleico, linoleico y medio oleico. En este contexto, se requiere una oferta diferenciada para cada uno de estos perfiles acídicos. Por eso hemos acordado con el Instituto Nacional de Semillas (INASE) y la Comisión Nacional de Semillas (CONASE) que a partir de este año la bolsa de semillas que venden los semilleros debe contener un rótulo que indica el perfil acídico de ese híbrido para que el productor sepa qué girasol está sembrando y pueda comercializarlo de acuerdo a las necesidades de la industria”, especificó Feoli.
Prensa ASAGIR