La campaña maicera está a pleno, con regiones donde los maíces tempranos se encuentran cercanos a floración, y otras donde los tardíos y de segunda están siendo sembrados o atraviesan los primeros estadios.
Después de una 2023/24 donde la chicharrita Dalbulus maidis se cobró 11,4 millones de toneladas de maíz y US$ 2.045 millones a nivel nacional (Bolsa de Comercio de Rosario), el panorama parece haberse calmado.
El último informe de la Red Nacional de Monitoreo de D. maidis – vector del virus del achaparramiento del maíz – informa que, si bien se observó un leve aumento en las poblaciones de la plaga en las regiones del NOA y NEA, prácticamente no se han capturado individuos en las 420 trampas ubicadas en todo el país. Asimismo, fue poca la proporción de adultos capturados que estaban infectados con el virus (máximos de infectividad del 10% versus el 95% hallado el año pasado).
En este contexto, la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (REM) recomienda “no dormirse en los laureles” e intensificar más que nunca las medidas de prevención y control. Respecto de NOA y NEA debe tenerse en cuenta que se trata de zonas endémicas para el vector y en que esta época del año, las precipitaciones, temperatura y la presencia de hospederos como son los maíces ya implantados y “voluntarios” son fuerte factor de riesgo.
Por su parte, en la región central y sur del país (sur de Córdoba, La Pampa, sur de Santa Fe y provincia de Buenos Aires), la convivencia de maíces tempranos y tardíos, implica la necesidad de intensificar las estrategias orientadas a prevenir su desarrollo.
No perdamos la memoria: ¿qué se vio en los mapeos de la REM?
La REM lanzó hace días sus mapeos bianuales de insectos y enfermedades donde se muestra a escala de partido/departamento la presencia, evolución interanual y necesidades de control para los 10 insectos plaga y 26 enfermedades más relevantes de los 6 principales cultivos extensivos del país, con un total de 208 departamentos relevados y 29.665.394 de hectáreas.
En cuanto a la incidencia de esta plaga sobre maíz tardío, los mapas muestran la expansión territorial que evidenciaron tanto D. maidis (mapa 1) como el complejo de patógenos que este transmite entre las campañas 2021/2022 y 2023/24 (mapa 2), donde prácticamente no hubo partido ni departamento por donde no hayan pasado.
Asimismo la REM relevó que el achaparramiento del maíz fue la enfermedad que más expansión mostró en la última campaña, con una superficie afectada promedio del 50% en el caso de maíz tardío, siendo Entre Ríos y Tucumán las provincias más comprometidas, con 100% de la superficie afectada. Por debajo de estas, se encuentran Santiago del Estero (99,09%), Chaco (98,49%), Salta (88,57%) y Córdoba (86,82%).
En cuanto a maíces tempranos, la superficie afectada por la enfermedad en la última campaña fue bastante menor (8%), con las provincias de Santiago del Estero (65%) y Chaco (53,57%) a la cabeza.
Otro dato interesante que revelan los mapeos es el aumento en las necesidades de control de la chicharrita. En 2023/24, en algunos partidos de las provincias de Chaco, Santiago del Estero, Salta, Catamarca y Tucuman, el 100% de los lotes fue tratado con insecticidas. En partidos del centro santafesino, este valor varió entre el 40 y el 70% de los lotes (mapa 3).
Mapas REM. 1) presencia de chicharrita D. maidis en maíz tardío; 2) presencia de virus achaparramiento en maíz tardío; 3) % de lotes que recibió tratamiento químico para control de chicharrita. Datos por partido para las campañas 21/22 y 23/24.